HIRVIENDO EL
MAR. Spanish
baroque vocal music. Vandalia · Ars Atlántica · IBS CLASSICAL · 102018 · 58'
· DDD *****S
Falsos son los tópicos que dicen que el notable desarrollo de la
música renacentista en España desde finales del siglo XV hasta el XVI fue tal
que, mientras que la estética barroca ganó primacía sobre el resto de las
tendencias artísticas, la música barroca española nunca llegó a las alturas de
la generación que lo precedió. Esta grabación cabe dentro del cupo de
producción musical para desmentirlo. El denominado tono humano es el género
musical profano característico del Barroco español; en él se incorporaban dos,
tres o cuatro voces y bajo continuo. Llegaban a abarcar un abanico de formas
poéticas, como las endechas, letrillas o los romances con o sin estribillo,
aunque la estructura más común era la de canciones estróficas, que alternaban
el estribillo con varias coplas. El espíritu del Barroco tendía a concentrar
los distintos campos del arte y el teatro musical acabará convirtiéndose en la
expresión más representativa de la época. Uno de los campos en los que los
tonos humanos tuvieron mayor presencia fue en la escena de la época, ese teatro
que configuraba un espectáculo tan variado como apabullante, por la cantidad de
números y espectáculos diversos que se ofrecían al espectador de una
determinada obra como es la zarzuela u obra dramática musical que toma su
nombre del palacio homónimo donde eran representadas. De entre los compositores
que contribuyeron a la transición de las influencias clásicas de la escuela
franco-flamenca a la ornamentación más autóctona encontrada en la música
barroca española se encuentran Alonso Mudarra y Vicente Espinel. El primero
escribió un importante tratado sobre el arte de la vihuela, Tres libros de
música en cifra que contribuyó a la notación y la estructura de las piezas
musicales. A Vicente Espinel, por otro lado, se le atribuye el desarrollo de la
guitarra de cuatro tiempos en un instrumento de cinco cuerdas. Mientras que
Espinel era un músico consumado y un profesor oficial, era en la poesía que se
creía un experto, inventando las décimas, un verso previamente no utilizado en
español. De hecho, parece haber enseñado a Lope de Vega, haber conocido
personalmente a Luis de Góngora y haber sido muy respetado por Cervantes. Sin
embargo, el primer compositor de la época en alejarse decididamente de la
tradición recibida del Renacimiento y en la dirección de la música barroca fue
probablemente Francisco Correa de Arauxo.
El hecho de que Savall está ofreciendo actuaciones de música que
ha languidecido en los archivos durante siglos, y lo está haciendo de una
manera que va a reescribir los libros de historia de la música. Aquí, a
diferencia de la grabación realizada por Jordi Savall y Hespérion XX, de 1978, nos
encontramos con un interesante trabajo de recuperación del Manuscrito de la
Biblioteca Nacional de 1656, donde nos encontramos con compositores como el
portugués Manuel Correa (1600/ 1653), Filipe da Cruz (1603/ 1668) o Manuel
Machado, que no el poeta de la Generación del 98…, (1590/1646), así como
anónimos de las fechas. El álbum está acompañado por un impresionante folleto
explicativo de Alejandro Vera y las letras de las piezas grabadas. Bajo una
excelente toma de sonido de voces especializadas, con una larga trayectoria en
algunos de ellos, como es el caso de Vicente Sordo y una muy notable ejecución
del arpa barroca de dos órdenes por parte de Manuel Vilas. Todo ello forma un
conjunto de brillante sonido y resultado final, con la particularidad de ser una producción
especialmente persistente y fascinante de principio a fin.
Luis
Suárez
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