Danny Elfman: Violin Concerto “Eleven Eleven”. Adolphus
Hailstork: Piano Concerto No. 1. Sandy Cameron, Violin. Stewart Goodyear, Piano.
Buffalo Philharmonic Orchestra. JoAnn Falletta, conductor.
NAXOS · DDD · 65’ · *****
El compositor
estadounidense Danny Elfman (nacido en 1953), que ya compuso partituras para
más de 100 películas, incluida Pee-Wee's Big Adventure y la mayor parte del
equipo de Tim Burton (sin mencionar el tema de Los Simpson). También fue el cantante
principal de la banda de rock Oingo Boingo. A pesar de este impresionante
historial, se apoderó de él más o menos espontáneamente del deseo de escribir
música orquestal abstracta, y este ya indispensable “Concierto” le proporcionó
los primeros Frutos exitosos del impulso. En términos generales, las
incursiones en la música abstracta por parte de compositores de películas han
arrojado resultados menos que impresionantes. Elfman, aparentemente ha conseguido
un logro considerable desde el principio, como se puede ver también en varias
grabaciones de la obra. El truco parece estar en que no descarta sus
influencias cinematográficas. El “Concierto para violín "Eleven
Eleven", llamado así porque su partitura contiene 1111 compases (y el
propio nombre de Elfman contiene la palabra alemana para "11"), tiene
varios momentos cinematográficos, pero también es impresionante en términos de
forma general. Tiene cuatro movimientos de tamaño sustancial (no hay concesión
alguna a la tendencia de longitud moderada de las obras cruzadas), y el diseño
es inusual, con movimientos neorrománticos exteriores flanqueando a los
centrales más disonantes. Lo más sorprendente de todo es la integración de
Elfman del violín solo en su concepto general. Ciertamente, él ha escrito para
violín solo antes en bandas sonoras de películas, pero la coherencia de la
configuración de solo-tutti aquí es asombrosa si se considera que Elfman nunca
antes había intentado algo como esto. Parte del éxito se debe a la violinista
Sandy Cameron, para quien fue escrita la obra; claramente se ha tomado el
tiempo de conocerla bien, y sus presentaciones en vivo de la obra prometen
mucho. Pruebe el final, que comienza con un vigor travieso similar al de
Shostakovich, luego se desanima gradualmente y termina en una melancolía en
toda regla. El concierto está lleno de efectos orquestales inusuales (como
golpes de contrabajo de percusión) que uno esperaría de Elfman.
En contraste del disco
nos encontramos con una obra desconocida, que no por ello menos atractiva, de la
música del compositor Adolphus Hailstork (nacido en 1941), su “Concierto para
Piano nº1” que tiende a reflejar su herencia afroamericana no en la cita
directa de material melódico o rítmico sino en la elaboración estructural de
características comunes en la tradición. Hailstork es un conservador
estilístico cuya música ampliamente atractiva incorpora una gran cantidad de
artesanía, y esta obra bajo la dirección de JoAnn Falletta, ofrece una buena
introducción a su trabajo. El pianista Stewart Goodyear tiene una habilidad
inusual para combinar el repertorio tradicional y el contemporáneo. Con actuaciones vivaces, que reúne música
diversa de una manera nueva y absorbente, esta es otra entrega indispensable en
la serie American Classics de Naxos.
Luis Suárez
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