sábado, 2 de marzo de 2019


01/03/19 – Auditori Josep Carreras de Vila-seca (Tarragona) -  Judit Neddernann con Pau Figueres
Judit Neddermann, una de las cantautoras con más fuerza del panorama musical catalán actual. Sus melodías y letras, elegantes y sin estridencias que muchas veces tienen un punto de nostalgia, se pudieron disfrutar en el concierto acústico que ofreció en el Vila-seca.  Con una acústica deslumbrante del recinto, Neddermann consiguió, con sus canciones, que el oído fuera el sentido más despierto entre el público que disfrutó las canciones de la cantautora de Vilassar de Mar, con su voz singular que da más personalidad a las letras. El recital estuvo más bien dedicado a su último trabajo, “Nua”, desnuda. La acompañaba el más que notable guitarrista, que aparece en los créditos del disco, Pau Figueres. Entre poemas nostágicos, llenos de melancolía y extenso registro lírico que permite su voz, interpretó “Vengo de un pueblo”, una de sus canciones más conocidas y que está dedicada al municipio que la vio crecer, Vilassar de Mar. También “Mireia”, con la que terminó la actuación, un tema dedicado a una de sus hermanas, su hit wonder que se ha hecho conocida, hasta ser utilizada en programas como “Operación Triunfo”. También hubo espacio para inquietudes y reivindicaciones, que con vivencias y esperanzas hacen recordar a tales cantautoras de hace más de cuatro décadas, luchadoras (junto a los hombres) en una Transición que se hace de desear en cualquier tiempo convulso, en el que las clases políticas manejan al pueblo para tapar sus fechorías económicas. La reconciliación siempre es posible sin necesidad de recurrir a la violencia. Pero volviendo a lo que nos lleva, que es ante todo, el aspecto musical, se ha de destacar la figura imprescindible de Pau Figueres. Mediante el hábil uso de las guitarras clásica y eléctrica, así como a través de la combinación cohesiva de las escuelas clásicas, el jazz y de flamenco, la música se extiende a ambos mundos, dando a las canciones más sugestión y libertad, al mismo tiempo que conserva un fuerte sentido de la forma. Es música llena de ponche y un escaparate de pura inventiva implacable. Agregue a esto el juego furioso e improvisatorio de Figueres cuyo fin de acompañamiento, en algunos casos, puede ser evidente pero cuyo efecto es impresionante, por decir lo menos. Hay un sonido moderno definido para este recital, aunque los arreglos son escasos, lo que le da un dinamismo eficiente y necesario, ante la escasez de medios de percusión, por citar un ejemplo. La guitarra, en algunos tramos la hace más conmovedora y más profunda, con una maestría de la técnica, del sonido bien enlazado y del compás, con una buena calidad de sonido, muy original y de diseño elegante y entregado a la bella voz de Neddermann.
Luis Suárez

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