domingo, 28 de febrero de 2021


 

Granados, Enric. Granados i el Teatre líric Català. Picarol. Gaziel. Follet Preludi. Cor de Cambra d’l Auditori Enric Granados. Orquestra de Cadaqués. Jaime Martí, director. TRITÓ 0117 · DDD · ****RS

La música del estilo “goyesco” y la “postromántica” de Granados es la que más casualmente se interpreta, pero escribió música en una gran variedad de tradiciones y géneros en los que le dió su propio toque a la música de su otra etapa “modernista”. De esta variante se ha ido explorando su obra y ha traído varios redescubrimientos y estrenos mundiales, entre ellos tres ejemplos que aparecen en esta grabación. Después de la recuperación de la ópera “Follet”, se apuesta una vez más por la recuperación del teatro lírico modernista con música de Enric Granados y libreto de Apel·les Mestres. En este caso, se expone la recuperación de dos obras más breves, con diálogos hablados, que estaban destinadas a las sesiones del Teatro Lírico Catalán (Tívoli) y de los Espectáculos-Audiciones Graner (Teatro Principal) de Barcelona.

En 1901, nuestro protagonista, funda en Barcelona la Academia Granados, institución pedagógica de referencia durante muchos años. A principios de siglo participa en diferentes proyectos líricos para crear un nuevo género musical, el “Teatre líric català”. Es entonces que se acerca a los círculos modernistas de la época y conoce a Santiago Rusiñol, Enric Morera, Ramón Cases y Apel·les Mestres. Todas estas relaciones le motivan a crear una serie de obras líricas muy cercanas a la estética Modernista del momento: “Picarol” (1901), “Follet” (1903), “Gaziel” (1906) o “Liliana” (1908)... A finales de 1989 el británico Mark Larrad descubrió en el subterráneo de la sede de París de la editorial Salabert, cinco obras escénicas originales de Granados, cuatro de ellas con textos de Apel-les Mestres. Los manuscritos habían sido comprados a uno de los hijos del compositor en la década de 1920 y quedaron sin editar. Las obras resucitadas corresponden a las obras escénicas citadas, además de "Miel de la Alcarria" de 1895 y "Petrarca" de 1899.

Durante mucho tiempo las partituras de las obras escritas por Granados para el teatro modernista catalán estuvieron extraviadas. “Picarol” es una comedia lírica o balada dramática en un acto sobre libreto de Apel·les Mestres, que, inspirado en el tema de Notre-Dame de Paris de Victor Hugo, nos presenta el drama de un juglar enamorado de su princesa en la época medieval. Fue estrenada en 1901 dentro de la temporada del Teatro Lírico Catalán que se hacía en el Tívoli de Barcelona, y tuvo cuatro producciones diferentes, con más de cien representaciones entre 1901 y 1906. Consta de seis números musicales a cargo de Enric Granados, entre los que se encuentra la “Cançó del cuc i l’estrella”, que es el núcleo generador de la obra por su belleza lírica.

En “Gaziel”, Apel·les Mestres adaptó el mito fáustico aplicándolo a un artista de su propio tiempo, con una crítica irónica a la sociedad burguesa de la época. Este poema lírico-dramático en un acto y tres cuadros tiene ocho números musicales a cargo de Granados, dos más que en la anterior, algunos de ellos puramente instrumentales, y exige cuatro solistas, coro masculino y orquesta. Fue estrenado en el Teatro Principal de Barcelona en 1906, dentro de los Espectáculos-Audiciones Graner,  dirigida por Jaume Pahissa. Una nueva muestra de renovación del teatro lírico catalán para alejarse de la imperante zarzuela española, en una época en la que dominaba el llamado género chico. Explora la relación del artista con una sociedad que no le comprende. Inspirada en el Fausto de Goethe, Gaziel es un diablo femenino sucesor de Mefistófeles, que ofrece el amor de la mujer soñada al poeta.

De “Follet”, del cual aquí se presenta el bello y cada vez más interpretado “Preludio al Tercer Acto”, se ofreció, el 13 de febrero de 2016 la versión completa para orquesta en el Auditori Enric Granados de Lleida, semi-escenificada e interpretada por la Orquesta de Cadaqués dirigida por Jaime Martín. En el mes de agosto en versión concierto se presentó en el Festival de Torroella de Montgrí. La partitura se creía perdida pero el historiador Xavier Padullès la recupero del archivo del Centro de Documentación Musical de la Generalitat de Catalunya en la Biblioteca de Catalunya, que había recibido la donación del archivo familiar de Granados. En el año 2002 se presentó en Lleida una versión para voz y piano. El argumento se basa en una historia medieval, una leyenda bretona, el amor entre Follet, un genio poético que vive en la montaña y Nadala, hija de un señor feudal. Enamorado en secreto logra atraerla a su cueva. Después de una escena de amor de características wagnerianas, aparece el campesino Arnau que rompiendo el lirismo arranca el secreto a Follet, que desesperado arrastra al hombre lanzándose al abismo para evitar que haga público su amor. La partitura emplea motivos cortos, leitmotivs, relacionados con los personajes. El aspecto catalán lo utiliza en la música que acompaña al coro, en la cual aparece un motivo popular, el toc de la gralla utilizado por els castellers. El citado “Preludio del Acto III” tiene las características de la música postromántica europea seguidora del wagnerismo. Utiliza una extensa plantilla orquestal con gran presencia del viento. Empieza con la descripción de una tormenta presagiando el final trágico de la ópera. Según dice Granados, la tempestad... no es una tempestad producida por los elementos: es tempestad que describe un temperamento: tempestad de un corazón. Por eso, en vez de sucederla una calma dulce y apacible de la naturaleza, sucédela un abatimiento y tristeza tranquilos producidos en el alma de un poeta.

El Palau de la Música Catalana se inauguró en 1908. Granados colaboró desde los primeros momentos estrenando muchas de sus obras como "Dante", "Cant de les estrelles", otra de las cumbres de su etapa modernista, y algunos números para piano de "Goyescas" o "Elegía eterna".

Las interpretaciones aquí expuestas tienen una cualidad relajada, casi afectiva, que hace que el disco sea atractivo desde el principio, con obras exquisitamente delicadas, una especie de influencias de Debussy, sin los movimientos armónicos más atrevidos, para orquesta con partes solistas para violín, oboe, clarinete, violonchelo y flauta, con la piano (en una de ellas) sirviendo como una especie de telón de fondo. Muchas de las texturas tienen forma de cámara y evocan la escritura más etérea que aportaba el toque ligero del propio Granados. De gran agradecer la recuperación definitiva de estas obras para reconocer la amplitud del patrimonio que nos dejara el genio catalán.

Luis Suárez

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