domingo, 10 de junio de 2018


Cesar Franck y Serguei Rachmaninov – Sonatas para violonchelo y piano · Delis Dúo (Irma Bau Rubinat, chelo – Irina Veselova, piano) · Solfa****P · 66’s
Primer trabajo de este interesante dúo femenino catalano – ruso. Presentación bella, de fotos en naturaleza de las protagonistas y acorde con las hermosísimas obras que contienen. Sonatas con ambos instrumentos a la misma altura de protagonismo equilibrado. Ante la falta de un libreto acorde explicativo de las mismas, solo de presentación curricular de las inrtépretes, pasamos a definirlas.
La primera de ellas, es una adaptación aprobada por el compositor de la célebre “Sonata para Violín” (1886) del organista, pianista y compositor franco-belga Cesa Franck (otra adaptación muy arraigada es para flauta y piano, junto con la viola).  Excelente síntesis del lenguaje harmónico excepcionalmente rico y cíclico temático de Franck y la tradición clásica vienesa que llegó a ser tan apreciada en las últimas etapas de su carrera. La Sonata fue compuesta como un regalo de bodas para el famoso violinista belga Eugene Ysaÿe, quien la interpretó en sus celebraciones matrimoniales el 26 de septiembre de 1886. Maravillosa lectura vigorizante del dúo  al enfatizar su sensualidad apasionada a expensas de su fuerza musical como una gran música romántica tardía, música profunda y convincente escrita en el lenguaje paneuropeo del cromatismo decadente, imaginando la obra como esencialmente la música del dueto de amor, brillando, resplandeciendo, volando, hinchándose y expirando en oleadas de éxtasis donde la música se encuentra con suaves suspiros, tiernas caricias y una cálida y apasionada intimidad. Es sin duda, un desafío particular para Bau Rubinat, ya que el chelo lleva la idea / motivíca fundamental que define todo el trabajo. En cierto sentido, el potencial implícito contemplativo y emocional de esta composición está limitado por la reiteración de la idea principal, y la chelista consigue, para mantener el impulso de la obra, explorar imaginativamente el vasto potencial sonoro del instrumento. El resultado final es una interpretación rica y satisfactoria que recompensa al oyente con sonoridades originales y fascinantes.
Rachmaninov completó su “Sonata para violonchelo y piano, op. 19” en noviembre de 1901, y dio el estreno en Moscú con el violonchelista Anatoly Brandukov, el 2 de diciembre de ese año, pero aparentemente hizo varias modificaciones en los siguientes diez días, ya que escribió la fecha del 12 de diciembre de 1901. El pianismo claro y asertivo de Veselova complementa bellamente la lectura sutil e imaginativa de Bau Rubinat de la partitura.  De nuevo, como en la anterior, esta obra es pura poesía musical. El lenguaje del tardo-romanticismo de Rachmaninov no está apoyado, necesariamente, por temas principales, ideas fundamentales y construcciones cíclicas. La melodía única de Rachmaninov, vasta, oceánica, fluida y libre en su auténtico lirismo, encuentra el mediador perfecto en el cálido, íntimo, rico y poético juego de Bau Rubinat. Gracias a la profunda comprensión de Veselova del genio de Rachmaninov, esta sonata finalmente gana reconocimiento como una de las mejores obras del repertorio de violonchelo moderno. El tercer movimiento es visto por muchos como el más fuerte de los cuatro. Marcado como Andante, comienza en el piano de Veselova con un hermoso tema de carácter íntimo y apasionado. Después de entrar el violonchelo, el material se expande en gran medida como lo hace la melodía en el segundo movimiento del “Segundo Concierto para piano”. Se alcanza un clímax poderoso y el movimiento finaliza suavemente.
La grabación, en su conjunto es superior en presencia y profundidad; el sonido es bastante bueno, captando en gran medida la presencia real y vigorosa interpretación de este dúo que nos presenta estas dos joyas del romanticismo tardío, compatibles con dos joyas pulidas, en gran medida, de la interpretación contemporánea.
Luis Suárez

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