1 de junio de 2018
Clásicos del Tajuña – Casa de Cultura de Morata de
Tajuña, Madrid - Rhea Quartet
Cuarteto de saxofones formado por dos chicos (Pablo
Fernández Baladrón y Jaime Augusto Serrano) y dos chicas (Iris Guzmán Gadía y
Julia Segovia Verdejo) en plena juventud y repletos de un talento nato,
demostrando en todo momento un nexo de unión compacta en sonido y
concentración, con una plena coordinación de trabajo en equipo. El resultado
fue de una impresión maravillosa de perfectas perlas autóctonas, ya pulidas en
diamantes. El siempre acogedor municipio de Morata de Tajuña y su apuesta por
la cultura ha supuesto una vez más un placer acogedor en el auditorio de su
Casa de la Cultura. Aun contando con una baja, no se notó, siendo bien suplida,
lo cual evidencia arduas horas de trabajo con compañeros/as de profesión.
Obras diversas en su conjunto, tanto en su
planteamiento como en sus versiones, algunas de ellas adaptadas de una manera
ciertamente eficaz y talentosa por su saxo barítono, Jaime Augusto Serrano. Un
verdadero trabajo de gran profesional. La primera de las cuales es obra
original para banda del compositor toledano Emilio Cebrián (1900/ 1943), “Una
Noche en Granada”, poema lírico tonal en tres partes diferenciadas. Interpretación
cuidada en texturas sujetas a una ornamentación de la melodía apoyada en los
modos mayores y menores, una constante utilización de la cadencia andaluza y
una tendencia melódica a las arquitecturas arabescas.
La segunda obra, también adaptación, originaria
inicialmente para flauta y guitarra, es una de las más populares de Astor
Piazolla. Una vez más el Rhea Quartet supo impregnarse de un contacto casi
folklórico con el tango argentino. Piazzolla nos presenta una original versión
musical de las crónicas de la danza argentina por excelencia. Se basa en la
obra enciclopédica de su paisano Héctor Ferrer (“El Libro del tango”), pasando
de una época a otra, desde la etapa de los burdeles portuarios donde nació el
género hasta la etapa actual. El formato elegido se debe a la referencia
histórica de haber sido interpretado el tango, en sus comienzos por él mismo,
alrededor de 1882 en la mencionada zona transitada por la transacción comercial
de Buenos Aires. Se percibe perfectamente la pluma de Piazzolla que le da una
unidad. Toda la emotividad, melancolía y brillantez del tango se ve reflejada
en la partitura y la ejecución ha sido de gran brillantez sacando todo su
brillo a la misma. La fluidez del conjunto saca toda la riqueza rítmica que se
preveía. La suite “Sudamérica” del compositor Lino Florenzo (nacido en Francia
en 1920) corresponde a la segunda parte del recital. En la interpretación los
sonidos delicados del saxofón soprano, a cargo de un destacado Pablo Fernández,
contrastan claramente con los profundos del barítono fusionándose en un
producto atractivo y seductor. Un producto que reproduce las emociones de
Latinoamérica por un europeo trabajadas de una manera muy estilizada.
”Ciudades” de Guillermo Lago (1960) es
quizá el trabajo más sustancial del recital. Es un mini-diario de viaje, un
conjunto de instantáneas musicales, que transmite la esencia de los lugares
para los que el compositor tiene una afinidad especial o afecto. Sarajevo tiene
una inquietante llamada al muecín en su núcleo, sin mencionar ritmos vitales de
baile. La escritura imaginativa y, no menos importante, el juego flexible, me
dejaron boquiabierto de admiración. Tokio es todo bullicio, qué articulación, y
Addis Ababa tiene un vigor de corazón abierto que es muy seductor. En la década
de 1970, Pedro Iturralde (1929) pasó algún tiempo en Grecia. Fue aquí donde
compuso la Suite Helénica, una obra que presenta una fusión de modismos de jazz
con la música folclórica de Kálamata (en el sur de Grecia, al oeste de Esparta)
y Creta. El primer movimiento se emite como Kalamatianós, una danza popular del
Peloponeso en 7/8, que usa armonías modales (comunes al jazz) en lugar de
escalas tonales. Esto es seguido por Funky, en el que el piano proporciona un
ostinato sobre el cual el saxofón solo puede improvisar libremente. El
movimiento más sustancial de la Suite, Valse, se encuentra en su centro -un
vals de jazz que termina con una cadencia para el saxofón sobre retumbantes
trémolos en el piano- y la música vuelve a una danza folclórica con el Krytis,
que se mueve a la perfección en una reafirmación de los Kalamatianós para
finalizar la pieza. Hermosa obra de virtuosismo y expresividad y colofón para
una brillante ejecución de un grupo que pese a haber ganado ya el Premio
Akademia Muzyczana de Bydgoszcz (Polonia) se prevé con un recorrido de logros
venideros a acumular a su vitalidad, profesionalidad y amor indiscutible por la
música.
Luis Suárez
Fantástico concierto y muy buena crítica, Luis! Gracias! Estaremos muy atentos a este cuarteto "Rhea Quartett"
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