sábado, 30 de diciembre de 2023


 

Juan Durán. Obras para orquesta. Variaciones sobre un tema de Pablo Sorozabal, Cantiga Finisterrae para múltiples voces de luz, Alborada de noite e de luz, Divertimento, Fanfarrias Xacobeas, Troula, Cervantina, Dona nobis pacem.

Orquesta Sinfónica de Galicia. Osmo Vänskä, Víctor Pablo Pérez, Rumon Gamba, Dima Slobodeniouk. Grabaciones en vivio.

RDC. D.L: 1641_2023. · DDD · 135’ · *****

Nos encontramos con un esperado registro en cd de obras orquestales del compositor gallego, Juan Durán, realizadas por la Orquesta Sinfónica de Galicia, publicadas bajo el sello RDC. Son grabaciones desde 1994 hasta el 2020 y que fueron hechas en el Palacio de la Ópera, excepto la última, “Dona nobis pacem” (elegía por los fallecidos en la Pandemia del Covid-19).

“Alborada de noite e de luz” (2012), a la que hay que añadir la grabación efectuada en 2008 de “Cantiga Finisterrae” (1999), ambas avaladas por intérpretes de la talla del Orfeón Donostiarra, el Coro de Cámara del Palau y la Sinfónica de Galicia; solistas como Lola Casariego y José Antonio López y la dirección nada menos que de Víctor Pablo Pérez. “Cantiga Finisterrae” (cantata en cinco movimientos), sobre un poema de Miguel Anxo Fernán-Vello, por encargo de la Orquesta Sinfónica de Galicia (OSG) para celebrar el cambio de milenio. “Alborada de noite e de luz” fue escrita entre 2011 y 2012 y estrenada el 12 de mayo de 2012 en el marco del concierto inaugural del Festival Mozart. Lleva por subtítulo Suite sinfónica sobre temas populares Gallegos. La idea fue construir una obra sinfónica utilizando como material temático, susceptible de ser desarrollado, algunas piezas o simplemente citas populares tomadas del folklore gallego.

“Variaciones sobre un tema de Pablo Sorozábal” (1993), elogia al músico donostiarra, transitando por un clima suave y levemente melancólico, bajo la belleza de las cuerdas, por momentos de armonías bartokianas, con instancias donde se lucieron en solos la viola y el violín, sin faltar la canónica fuga; todo ellos lleva a una obra variada, atrayente y expresiva.

“Divertimento” (2006), es una muestra indiscutible de talento mediante la paleta de cueras, donde de nuevo el recuerdo a Bèla Bàrtok a veces se muestra patente; el ritmo intenso y obsesivo de muchos fragmentos; la repetición mediante la acertada distribución de tempo lentos y rápidos; dividido en cinco movimientos con una frescura demostrada en la interpretación.

“Fanfarrias Xacobeas” (2010), es una obra breve, a modo de exaltación nacionalista bajo una forma bitemática, donde se perciben citas del Himno Gallego, sobre todo hacia el final de la obra, donde el motivo es más evidente."

“Troula” (2016), para coro y orquesta basa su arquitectura sinfónica en temas de la música gallega, del folclore o propias y ajenas, perfectamente combinadas. El coro infantil canta al unísono los primeros versos del tema popular “Rosa de Abril” y reciben respuesta armonizada de los mayores. Es una bella obra basada en la introspección, saudade, alegría y fiesta, con todos los recursos vocales e instrumentales.

“Cervantina” (2016), es una suite sinfónica sobre temas españoles, tomando temas fácilmente reconocibles por cualquier amante de la música, como la “Fantasía de Mudarra, Guárdame las Vacas”, “La Folías de España”, “las Tres Morillas”, “De los Álamos Vengo”…) música toda en torno a la época de Miguel de Cervantes.

“Dona Nobis Pacem” (2020), es donde la música se vuelve una posible aliada para expresar la sensación de pérdida e incertidumbre, aquello que no se puede expresar ya con palabras, la música aporta hasta los límites de la expresión posibles. La elegía parte de un entramado compacto en las violas y chelos, acompañado con gran sencillez por el arpa. Las cuerdas vuelven a aumentar brevemente la intensidad y anuncian el trabajo melódico que, lentamente, comienza a emerger como una pequeña luz de esperanza. Un gran clímax se rompe abruptamente para dar lugar al lamento del chelo con un arpa que, evocadoramente, le da un aire ensoñador

Víctor Pablo Pérez, gran apoyo y difusor de la obra de Durán, aporta sapiencia, sensibilidad y efusión. Cuida la expresividad hasta los límites y extrae las grandes sonoridades de hermoso sonido de una orquesta en estado de gracia y madurez. Extrae de la obra de Durán su mensaje, no solo para los van a analizar la partitura, sino también para el público general que acude a disfrutar de la música en estado puro.

Se puede decir que Durán busca y encuentra el ideal equilibrio entre ser lo más entendible posible y no caer en la vulgaridad, aprovechando el filón de la música nacionalista, creando un colorido de alguien que entiende y domina perfectamente los poderes tímbricos de orquesta, solistas y coro, manteniendo el interés, control y emoción hasta el final de cada partitura. Sigue un camino generado en el Siglo XXI, donde existe un resurgimiento de la tonalidad, un género a menudo repudiado en las décadas finales del Siglo XX por la vanguardia. Pero la clásica, denominado moderna, no es sólo la música en sí, también es una revolución sumada a que hay que arriesgarse y envolverse en lo más alto para embarcarse en este tipo de arte sonoro y volver sobre la senda marcada ante la imposibilidad de seguir por la abstracción total e impopular, de la mal denominada tendencia contemporánea. La libertada para la expresión artística se da en estos tiempos y se deben aceptar todas las tendencias, cuales sean las decisiones de cada creador. Durán, en concreto, crea florituras orquestales, con un toque de armonías ajustadas, estructuradamente formal, desde la forma simple a la libertada rapsódica, donde las extremas complejidades rítmicas, armónicas y melódicas pueden desarrollarse orgánicamente de una manera casi tradicional a pesar de su apasionante sentimiento entre neocásico y modernista.

Las piezas, grabadas aquí por la asombrosa Orquesta Gallega, a la cual hay que agradecer grabar y recuperar para la edición en disco las interpretaciones en vivo, pertenecen a la música clásica moderna autónoma y brillan con intensidad ante la valiente difusión de los músicos nacionales. Se nota que las obras escogidas cobran vida y resulta un placer para nuestros oídos.

Luis Suárez

lunes, 25 de diciembre de 2023


 

Brahms, Johannes. Orchestral & Vocal Works. Angnieszka Rehlis, mezzo-soprano. Coro y Orquesta Comunidad de Madrid. Marzena Diakun, directora. Josep Vila I Casañas, director coral.

IBS CLASSICAL 132023 · DDD · 73’ · ****

Las obras para coro de Brahms representan una parte significativa de su producción, mucho mayor de lo que se podría suponer por la frecuencia de sus interpretaciones en los tiempos modernos, aparte del bellísimo “Réquiem Alemán”. Su música para coros mixtos y voces femeninas, ya sea a capella o acompañada de piano, son las obras más interpretadas en vida debido a su difusión a través de la proliferación de coros comunitarios amateurs de la época. Escribió relativamente pocas obras para coro y orquesta, la mayoría de ellas en la última parte de su carrera, y este CD reúne una atractiva selección de seis de ellas. Las más familiares son la “Rapsodia para contralto, voces masculinas y orquesta, op.53”, y “Schicksalslied para coro y orquesta, op.54”. Brahms los escribió poco después de completar su Réquiem, y es fácil escuchar ecos de sus profundos sentimientos y lenguaje musical en estas piezas más cortas, pero aún profundas. “Gesang der Parzen, op.89” (la canción de los destinos), su última obra coral-orquestal, una adaptación de Goethe, también merece una exposición más amplia. Es quizás el más excéntrico musicalmente, lleno de cambios de dirección impredecibles, pero deja una fuerte impresión mística, particularmente en sus inquietantes momentos finales.

Brahms compuso "Nanie, op.82" (Canción de Lamentación) en 1881, en memoria de su fallecido amigo Anselm Feuerbach. No trata de simple desesperación o mera queja. Incluso en momentos tan oscuros, el romanticismo de Schiller se expresa como un anhelo de lo inalcanzable. La obra comienza con "¡Auch das Schone muss sterben!" (Incluso la belleza debe morir), y la tensión entre la veracidad del mensaje y el anhelo del espíritu humano por la atemporalidad de la temporalidad y el eterno retorno de la belleza se puede sentir en la pura belleza de la música de Brahms.

Para los fanáticos brahmsianos este disco reúne en un volumen las obras de estas maravillosas obras. La precisión, intensidad y fuerza de la interpretación de la mezzo Rehlis, que aporta una entonación ligera, pura y cálidamente enfocada y la dirección aquí es fuerte y poderosa. Y, por supuesto el Coro de la Comunidad de Madrid tiene un tono y una técnica impecable y siempre acierta en la entonación. El impresionante, glorioso y monumental Brahms contrasta con la melancólica y consoladora “Alto Rhapsody”; tocan las profundidades de las partituras y poemas con un fondo que cualquiera que ame la música, y en concreto la suntuosa música coral romántica tendrá que escuchar esta selección al menos una vez en la vida. El sonido digital es rico y exuberante, con la acústica del Teatro Auditorio de San Lorenzo de El Escorial de Madrid.

Luis Suárez

domingo, 24 de diciembre de 2023


 

HANS WERNER HENZE. La Balsa de la Medusa (Oratorio). Sarah Wegener, soprano. Dietrich Henschel, barítono. Sven-Eric Bechtolf, narrador. Coro Arnold Schoenberg. Coro de Niños de Viena. ORF VIENNA RADIO SYMPHONY ORCHESTRA. CORNELIUS MEISTER, director.

CAPRICCIO 5482 · DDD · 74’ · ****

Das Floß der Medusa (o "La balsa de la Medusa") fue un oratorio secular para tres cantantes, coro, coro de niños y orquesta, compuesto en 1968 por Hans Werner Henze (1926/ 2012). La historia, basada en un hecho real también conmemorado por un famoso cuadro de Théodore Géricault, expuesto en la portada del disco, trataba del hundimiento de una fragata francesa frente a Mauritania en 1816. De los 400 pasajeros, unos 150 fueron obligados a subir a una balsa improvisada, y de ellos, sólo 15 sobrevivieron después de 13 días de horror impensable. La obra de Henze data de 1968, el año de la revuelta estudiantil en Alemania como en otros lugares. Los coristas originales se negaron a cantar bajo una pancarta roja que simbolizaba el comunismo, e incluso el barítono Dietrich Fischer-Dieskau se echó atrás, aunque se le escuchó en la grabación realizada durante los ensayos con Henze dirigiendo. Henze cuenta su historia en un estilo alegórico clásico con tres cantantes solistas: la Muerte (por la soprano Sarah Wegener), Jean-Charles, un haitiano en la balsa (por el barítono Dietrich Henschel), y Caronte, el barquero al mundo de la muerte (por el narrador, Sven-Eric Bechtolf). La parte hablada se funde con la música de una manera que a Arnold Schoenberg le hubiera gustado, y el Coro, de nombre homónimo al músico revolucionario austriaco) se siente bastante cómodo con el idioma. Quizás el coro de niños de Viena sea más nuevo, pero también se desenvuelven bien. El cuento fue despojado de sus cánticos de "Ho Chi Minh" en una versión posterior que se escuchó aquí, y en esta lectura por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Viena ORF bajo la dirección de Cornelius Meister, tiene un poder dramático considerable. Es difícil no pensar en el papel que han desempeñado los naufragios y las balsas en la actual crisis de refugiados europea, y el trabajo de Henze es mucho más que una pieza de época.

Luis Suárez


Johannes Brahms. Complete Violin Sonatas. Vadim Tchijik, violín. Alberto Urroz, piano.

IBS CLASSICAL 12023 · 73' · *****

En 1851 un jovencito Brahms se encontró con el violinista húngaro Remenyi, quien le introdujo a la música popular húngara que tuvo una influencia posterior en su trabajo. Dos años más tarde se presentó con su compañía en su primera gira de conciertos. Brahms hizo una contribución significativa al repertorio de música de cámara. Sus primeros intentos se hicieron a principios de 1850, ahora se perdidos, pero en 1853 escribió un movimiento para la “Sonata de Violín FAE” compuesta por Schumann y su alumno Albert Dietrich destinado a Joachim, amigo íntimo y de gran influencia para la obra de nuestro protagonista. El Scherzo fue de Brahms, quién ya había mostrado soltura en sus primerizas “Sonatas para piano” op.1 y 2 y en su “Scherzo op.4” para piano. Aquí se incluye con total acierto al final de la grabación, completando un ciclo de tan grandes como intensas proporciones.

Mas no fue sino hasta 1879 que completó, a su satisfacción, su primera “Sonata para Violín op.78”, durante unas vacaciones de verano en Portschach, en el Worthersee, tras completar su majestuoso “Concierto de Violín”, dedicado a Joachim.

La “Sonata de Violín nº 2, Opus 100”, se completó durante el verano de 1886, mientras que el compositor estaba de vacaciones en el Lago de Thun, en Suiza, y se interpretó en Viena en diciembre del mismo año.

La “Sonata No. 3, Opus 108”, siguió en 1888, otra vez terminada durante un verano pasado en el lago Thun, y fue dedicada al pianista y conductor Hans Von Bullow.

Ambos intérpretes brillan por derecho propio, por lo que la combinación produce una música espléndidamente hermosa. El juego de violín sedoso de Tchijik, aquí expresado, es difícil de superar; no hay dureza, ni siquiera en las notas altas. Urroz se muestra como un excelente "acompañante", reteniéndose cuando el violín tiene la línea melódica, pero proporcionando un fuerte énfasis cuando se lo pide. El equilibrio (requerido por Brahms) entre el piano y violín parece perfecto para mi gusto y sensibilidad. Ambos logran enfatizar, con una perfección sublime, el lirismo que está presente en estas obras con un estado de ánimo optimista, de líneas melódicas sugerentes y radiantes de belleza contrastadas con estados de apasionamiento de mayor intensidad. Perfecta descripción de una inspiración suprema establecida entre tres bandas: la naturaleza del paisaje, el ánimo influyente de Joachim y la estabilidad emocional por Clara Schumann.

Luis Suárez


 

La Contemplazione. Obras de Hummel y Schubert. Eloy Orzaiz, pianoforte.

IBS CLASSICAL 182023 · DDD · 63’ · *****

El clavecinista y pianista Navarro, Eloy Orzaiz, presenta este delicioso proyecto sobre la música evolutiva, entre la época del Clasicismo y el Romanticismo, de dos contemporáneos como son: Johann Hummel (1778/ 1837) y Franz Schubert (1797/ 1828).

A menudo se piensa que Johann Nepomuk Hummel es un encanto de Beethoven, pero la música para piano de Hummel está más cerca de la era clásica que de la era romántica, mientras que la de Schubert evoluciona mucho más rápido hacia los grandes mitos musicales de la era romántica. La forma en que Hummel utilizó ideas melódicas largas, sin un desarrollo o armonía sofisticados, y se apegó estrechamente a las ideas convencionales de armonía y estructura, ha provocado que muchos descarten por completo su música para piano. Orzaiz no, y las piezas que eligió demuestran muy hábilmente que estas obras se adaptan mejor al fortepiano que las de Beethoven que a menudo parecen abrumar las capacidades del instrumento con su potencia, y que las de Hummel sonarían igual de bien en un piano moderno. La de Schubert, nos han ido casi siempre exhibidas bajo el piano moderno, con lo cual resulta muy interesante esta interpretación con un modelo como el “Graf (1826/ 7) Orzaiz interpreta todas estas obras con un sentido del drama muy fluido y naturalmente desarrollado. La “Sonata, op.106” de Hummel es mucho menos volátil e intensa que las de Beethoven o Schubert, pero la gama de emociones que se le da tiene una profundidad de carácter que aspira a la de los románticos. La “Bagatela, La Contemplazione, op. 107 nº3” también es tan introspectiva como un movimiento lento de Schubert, pero en un tono más ligero y un poco más ornamentado.

En 1827, Schubert escribió sus “Drei Klavierstücke, D.946”, que aparentemente pretendía que formaran parte de otro grupo de “Impromptus”, como los anteriores recientemente compuestos. Son ejemplos de arte innegablemente elevado en la producción para teclados del compositor. Independientemente de cómo se vea su forma, en la primera piaza la música en sí es rítmica y vivaz en su material temático principal, luego se vuelve ricamente romántica en la sección larga y lenta. Tras el regreso del material de apertura, se escucha otro tema, también lento en contraste con el primer tema y algo pesado también. Tras una repetición de los temas principales, la pieza finaliza. El segundo elemento aquí comienza en un estado de ánimo sereno y tenue, con la marca Allegretto que suena más como un Moderato. El tema es encantador, aunque algo melancólico. Las secciones siguientes, por el contrario, son animadas y ofrecen mucho color y alegría. Así, el esquema que Schubert utiliza aquí es opuesto al de la primera pieza, con las secciones exteriores esencialmente lentas y las interiores rápidas o vivas. Sin embargo, en general, la pieza cumple la función de un movimiento lento en el conjunto. La tercera entrada comienza con un gran entusiasmo, nuevamente el compositor ofrece impulso rítmico y mucho color. Aunque el segundo tema es menos motivado y algo apagado, sigue siendo animado y brillante. Si bien se trata de una obra bien elaborada, probablemente sea la menos ambiciosa de las tres en términos de individualidad y complejidad formal.

De nuevo, Orzaiz destaca en la forma en que colorea la música. La variedad de color y tono que obtiene del instrumento utilizado en esta grabación es mucho mayor que la de muchos otros intérpretes de instrumentos de teclado de la época. Esto es lo que hace que sea tan fácil imaginar cómo sonaría en un piano moderno. La interpretación de del músico navarro recomienda las obras para piano de Schubert menos conocidas abiertamente, como la auténtica delicia que supone la música del genio austriaco.

Luis Suárez

 

miércoles, 6 de diciembre de 2023

HAYDN, J. Late Symphonies. Nos. 96 ‘The Miracle’, 97 and 98. Danish Chamber Orchestra. Adam Fischer, conductor.

NAXOS 8574517 · DDD · 67’ · *****

El director Adam Fischer nos ofrece una serie de la Orquesta de Cámara Danesa dedicada a las 12 sinfonías de Londres de Haydn. Para el público de Haydn, escribe Fischer, "en sus conciertos había una atmósfera que hoy sólo se siente en los conciertos de rock". Este es un buen punto, pero los métodos de Fischer para lograr esta atmósfera serán una cuestión de gustos. En lugar de la amplificación de un concierto de rock, utiliza timbales muy ruidosos, aparentemente golpeados con un mazo duro. Junto con esto, hay ataques de cuerdas inusuales, con una gran variedad de articulación y un sonido general contundente. Fischer es un poco más sencillo en los movimientos lentos y los minuetos. Finalmente, como sucedió en el primer álbum de Fischer de la serie, los tempos son rápidos, lo que eleva el nivel de tensión general. Todo esto es bueno; Se trata de grabaciones genuinamente aventureras de Haydn del septuagenario Fischer, basadas en “bestsellers de música clásica” ampliamente conocidas, interpretadas y grabadas. El sonido de la Real Academia Danesa de Música de Copenhague es claro, funcionando firmemente como un conjunto compacto, con un sonido comedido y un alto nivel de sensibilidad mutua entre los intérpretes. En estas sinfonías tardías de Haydn, eso se tradujo en lecturas que fueron excepcionalmente efectivas para resaltar los detalles humorísticos y los apartes, las extensiones de frases para que terminen con un guiño o una broma, que son la esencia del último Haydn. La orquesta es probablemente del tamaño de la que Haydn tenía a su disposición en Londres. Puede que Haya interpretaciones más vigorosas de sinfonías de Haydn disponibles, pero los placeres más sutiles de estas obras (los extraños solos, incluido uno para tímpano en el Minueto torcido de principio a fin de la Sinfonía n.° 97, los extraños movimientos armónicos) nunca son menospreciados. Para una introducción a las últimas grandes sinfonías de Haydn, el nuevo oyente puede hacerlo mucho peor que estas duraderas grabaciones.

Luis Suárez

 


 

Reger, Max. Requiem. An die Hoffnung. Der Einsiedler. Gustav Mahler. Orchestral Songs.

CAPRICCIO 5512 · DDD · 78’ · *****

Der Einsiedler (El Recluso- 1912) y An die Hoffnung (A la Esperanza - 1912), con el Réquiem – (1915) transmiten la sensación de que la primavera trae esperanza a partir de un aparente letargo. “Réquiem” establece un poema del dramaturgo Friedrich Hebbel (1813-1863): la pieza se conoce a veces como "Réquiem de Hebbel" para distinguirla del llamado "Réquiem latino" que Reger comenzó en 1914, aunque no llegó más allá de un movimiento inicial, Totenfeier, y un fragmento del Dies irae. Poco de la cualidad consoladora de la Misa de Réquiem cristiana llega al escenario de Hebbel, que está dedicado "a la memoria de los héroes alemanes caídos en la Gran Guerra": desde los pedales de peaje que dominan la introducción y se repiten persistentemente a partir de entonces, a través de los acordes huecos con los que Reger establece las palabras "Mira, ellos (los muertos) flotan a tu alrededor", hasta la evocación angustiosa y expresionista de las almas "estremecidas", "abandonadas", "frías", la pieza parece decidida a exponer la muerte en todo su horror. Este énfasis es aún más conmovedor dado que Réquiem, junto con su pieza complementaria Der Einsiedler, Op.144 a y b, no se estrenó hasta julio de 1916, dos meses después de la muerte del propio Reger. Sin embargo, en los momentos finales de la obra, la tonalidad cambia vacilantemente de menor a mayor: aunque los sentimientos expresados por el texto siguen siendo idénticos a los del comienzo ("Alma, no olvides a los muertos"), la calma incómoda que Reger transmite al final. El final de esta obra poco ortodoxa sugiere que cierta medida de fe religiosa, ya fuera católica o protestante, permaneció intacta a medida que su vida se acercaba a su fin, en parte autoinfligido.

“Este disco revela… secretos que durante demasiado tiempo estuvieron ocultos a la conciencia pública; las cambiantes arenas cromáticas de este solo de barítono, presentado con delicioso aplomo y su intenso acompañamiento, abordado con impresionante sensibilidad por el coro, cuyo canto es sensible y técnicamente perfecto. Christoph Spering extrae de ellos un rango dinámico infinitamente sutil y un fraseo impecablemente moldeado que sin duda le sirve a Reger extraordinariamente bien. “La música coral de Reger, como gran parte de su producción, es muy poco conocida. Así que el nuevo disco merece una calurosa bienvenida. Estas obras corales nostálgicas y otoñales, del no siempre reconocido Reger, acarician el oído y el alma. Las interpretaciones son realmente buenas, pero más que nada, es la música en sí misma lo que te impacta: es absolutamente única e impresionantemente hermosa. Las voces se deslizan suavemente a través de teclas inesperadas, gentilmente alentadas por un barítono solista disidente. Es una grabación excelente y un testimonio de otra dimensión infravalorada del arte de Max Reger, frente a las “Canciones” de Mahler, ya muy interpretadas y grabadas. La música de ambos es consistentemente inspirada, a menudo ligera, elegante y completamente libre de la pesadez que arruina muchas de sus obras para órgano y piano.

Luis Suárez


 

Penderecki: Sinfonía nº 6 'Canciones chinas'.  Concertino de trompeta. Concierto Doppio.

Jarosław Bręk, Bass-baritone. Hsin Hsiao-ling, Erhu. David Guerrier, Trumpet. Aleksandra Kuls, Violin. Hayoung Choi, Cello. Norrköping  Symphony Orchestra. Antoni Wit, condcutor.

La Sinfonía nº6 de Krzysztof Penderecki ("Canciones chinas") es en realidad su último trabajo en el género, ya que se completó después de la Sinfonía nº7 y la Sinfonía nº8 en 2017. La obra no se ha interpretado ni grabado mucho, pero el director Antoni Wit, especialista de Penderecki, lo defiende aquí con la Orquesta Sinfónica de Nörrkoping. La sinfonía está definitivamente inspirada en Das Lied von der Erde de Mahler y podría programarse fácilmente con ella. Penderecki sitúa traducciones al alemán de Hans Bethge de poesía china, tal como lo hizo Mahler; Penderecki compara ocho poemas con los seis de Mahler, y ninguno se superpone con el músico austriaco. Su tratamiento de la orquesta es bastante mahleriano, con la orquesta dividida en pequeños grupos de instrumentos y que realmente no se unen como un todo. Penderecki ingresa a un nuevo territorio con aspectos reales de la música china, incluidos solos de erhu que no están del todo convincentemente empalmados desde Hong Kong. Seguramente fue posible encontrar un intérprete de erhu en Suecia, pero el trabajo en sí es intrigante. De alguna manera, parece poco característico de Penderecki, lo que podría ser un punto de interés o no. Como prefacio a la sinfonía, hay dos conciertos, un concierto para trompeta y un concierto doppio para violín, violonchelo y orquesta; Ambos están en la línea de Shostakovich, con el doble concierto un poco más astringente. El barítono Jarosław Bręk, fallecido antes de la publicación de este álbum, ofrece interpretaciones bellamente controladas en la sinfonía. Este álbum completa el ciclo de sinfonías de Penderecki de Wit, y despierta también por el interés a la compra y escucha intrínseco de la atracción principal.

Luis Suárez