miércoles, 23 de mayo de 2018


20/05/2018
Auditori de Vila-Seca (Tarragona) – Orquestra Händel, Lluc Manel Ferré, Rafael Fabregat
Interesante y necesario proyecto pedagógico del Conservatorio de Vila-Seca para desarrollar el trabajo en equipo de estudiantes de último grado, con actuación integrada dentro de la temporada de abono del Auditori de Vila-Seca. Para ello, el conjunto de cámara ofreció un interesante programa, amoldado a sus recursos, compuesto por obras del barroco y el siglo XX.
Tras abrir correctamente con la “Obertura de El Mesías” de Händel, se siguió con una de las escasas obras compuestas por Vivaldi para laúd, el “Concierto RV 93” para cuerda, bajo continuo y laúd. Durante la vida de Vivaldi, el instrumento protagonista se acercaba al final de una larga y distinguida carrera como instrumento solista; su gloria final se logró en las Suites de Bach y su camarada alemán, Silvius Weiss. Dicha obra, junto con los “Tríos para violín y laúd en sol menor, RV 63 y C mayor, RV 85” fue compuesto en Bohemia durante la década de 1730. LLuc Manel Ferré explota los timbres del instrumento, en este caso la guitarra clásica, bajo una capacidad de tocar arpegios con efectos tímbricos. Buena conjunción entre las partes, el cual se abre con un allegro giusto cuyo ritornello contrasta un tema de apertura melódica con un motivo más lírico en el modo menor. El solista expone el mismo material, que se resuelve con buena alternancia entre solistas y cuerdas. El Largo central es resuelto con una meditación reflexiva del solista sobre el acompañamiento sostenido de violín y el bajo pizzicato, con un cambio exquisitamente simple de triple a doble, mientras que el Allegro final trae un retorno a los espíritus elevados del primer tema del movimiento de apertura y tiene un poco de sensación tipo tarantella con sus ritmos 6/8.
Bajo un cambio radical de estilo y período se interpreta el "Puigsoliu", bellísimo poema sinfónico que escribió Joaquim Serra (integrante del Grupo de Barcelona de la Generación del 27) en 1957, justo tres meses antes de morirse. Efectista transcripción, sobre la formación original de la cobla. Bajo forma de sardana transfiere toda una serie de intenciones de retirada a lo grande, con una partitura de bella textura nacionalista de la cual Serra siempre se reivindicó como uno de sus grandes maestros.
Pasamos a una de las más bella piezas para cuerda jamás escritas, el “Adagietto” de la “Sinfonía nº5” de Gustav Mahler. Invitado el 7 de noviembre de 1902 a cenar en casa de un amigo, conoció a la "chica más bella de Viena", Alma Schindler. Ella tenía 22 años y 41, era vivaz y gregaria para su introvertido y aislado carácter. Para entonces ya tenía como pretendientes a Max Burckhard, el director del Teatro Imperial, y Gustav Klimt, y actualmente estaba involucrada con el compositor Alexander von Zemlinsky. Era brillante, hermosa y joven, y Mahler se enamoró casi instantáneamente de ella. Dentro de dos meses, estaban comprometidos. En algún momento durante ese tiempo, Mahler compuso el movimiento que se convertiría en el Adagietto de la Quinta Sinfonía y lo envió a Alma como una especie de carta de amor musical. En forma simple de tres partes y ambientada para orquesta de cuerdas y arpa, en este caso suplantada por el piando de manera eficaz, su melodía de apertura está llena de anhelo interminable e inefable. Su sección central aumenta en intensidad hasta su clímax sublime y tranquilo. El regreso de la melodía de apertura se construye hasta el clímax de la pasión que rompe la tierra y luego se transforma en una coda larga y persistente de profunda satisfacción. La interpretación de Fabregat logró en gran manera todo eso, aunque en un tempo un poco más lento del habitual (a la manera de Leonard Bernstein) y a pesar de la reducida plantilla, mediante modulaciones y suspensiones, a través de matices cromáticos y “appoggiaturas”.

La “Suite Saint Paul nº2” para cuerdas de Gustav Holst fue una elección para terminar el concierto. Escrita para un conjunto similar al que nos ocupa, Holst fue el director musical de la St. Paul's Girls 'School  y pasó buena parte de su vida musical tratando con estudiantes y otros músicos no profesionales. Partitura efectista a partir de raíces folclóricas inglesas y escocesas, se abre con una plantilla ligeramente oscura, basada en una melodía memorablemente rústica. El segundo movimiento de ostinato presenta una melodía tierna y un acompañamiento condimentado con pizzicati. Un tema modal apasionado, anunciado por el cuerpo de cuerdas completo y más tarde tomado por un violín solitario, domina el tercer movimiento Intermezzo. El entusiasta Finale toma la canción popular "The Dargason" repitiéndola innumerables veces con variaciones armónicas y rítmicas, con la famosa canción "Greensleeves" como contramelodía efectista. Quizás lo mejor de una actuación generalmente bien contrastada en cuanto a lo compacto del conjunto. Una formación aún no del todo experimentada, como es lógico, pero de un nivel alto dentro de su ramo. La excelente acústica de auditorio hizo también mella en el nivel interpretativo, para bien y para mal.
Luis Suárez

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