jueves, 17 de mayo de 2018


12/05/2018 – Auditori Josep Carreras, Vilaseca (Tarragona) – Josep Colomé, violín y Enrique Bagaría, piano
Brahms – Las tres Sonatas para violín, op.78, 100 y 108
Las tres sonatas para violín y piano de Brahms tienen tres movimientos, pero tienen más en común con la música de cámara tardía del compositor que con el mundo orientado a los aficionados de la mayoría de las sonatas para violín del siglo XIX. Como la mayoría de las obras de este género compuestas por el genio alemán, son obras concebidas desde la amistad: Joachim, Clara Schumann y Brahms reflejan el poder de las relaciones personales para crear joyas como éstas. Aquí se vuelve a repetir la historia para descubrirnos interpretaciones tan fructíferas como la realizada entre dos buenos amigos, como son Colomé y Bagaría. Cada una de las obras elabora un estado de ánimo o estructura básica, el primero intensamente canto, el segundo compacto y lleno de alusión simbólica, y el tercero caprichoso y a menudo etéreo. Toda interpretación necesita espacio y una cierta calidad amplia y relajada para resaltar todos sus detalles sin perder la naturaleza lírica esencial del género y todas las ideas que se citan o evocan en el conjunto. La amplitud requerida está en este dúo. La apertura impresionantemente lírica de la Sonata para violín n.º 1 en sol mayor, op. 78, capta su atención al principio y nunca lo deja ir a pesar de los momentos en los que siente una falta de forma de largo alcance en los movimientos externo. La estrecha relación esencial de intelecto y emoción que hace que Brahms sea lo que florece en manos de este joven dúo, que tiene el tipo de interacción instintiva que promete una gran música de cámara. La sonata resultante, y las dos siguientes, están en la misma gran escala de lirismo de amplitud que el “Concierto para violín” que les precedió. Escrito para una sociedad igualitaria entre el violín y el piano, las actuaciones exitosas como ésta han logrado este equilibrio sostenido y el diálogo entre los dos instrumentos sin dominar al otro. Bajo un sonido cálido y acogedor, una entonación generalmente limpia y un vibrato intenso, pero no exagerado, al igual que en la grabación realizada para Solé Recordings, la actuación en vivo logra un punto de vista técnico más que estimable. Resaltar que las ovaciones fueron prolongadas, ya que los asistentes también esperaban la interpretación de la “bonus track” del disco citado; el movimiento de Brahms de “FAE Sonata”, escrita conjuntamente para Joachim entre genio de Hamburgo, Dietrich y Schumann. Buena parte de la culpa de el brillante resultado, la tiene  asimismo la magnífica acústica del recinto.
Luis Suárez

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