lunes, 23 de mayo de 2022


GERMAINE TAILLEFERRE (1892–1983) HER PIANO WORKS, REVIVED • 1. NICOLAS HORVATH, piano

GRAND PIANO GP891 · 83' · DDD · *****R

“El Grupo de los Seis” contiene una serie de compositores franceses atrevidos e innovadores que da como resultado una interesante combinación de estilos, técnicas de composición y escritura pianística,  de cámara, escénica, sinfónica... Germaine Tailleferre es mejor conocida por ser la única mujer miembro del grupo francés de compositores conocido como Les Six, junto a Georges Auric, Louis Durey, Arthur Honegger, Darius Milhaud y Francis Poulenc. Aunque fue una compositora prolífica, hasta hace poco poco de su música se interpretaba con regularidad, e incluso ahora se están redescubriendo obras olvidadas. Tailleferre (1892-1983) estudió en el Conservatorio de París a pesar de la oposición de su padre a una carrera musical. En 1913, conoció a Auric, Honegger y Milhaud en la clase de contrapunto de Georges Caussade, y desde alrededor de 1916 estos cuatro compositores aparecieron juntos en programas de conciertos en lugares no convencionales en Montparnasse, muchas salas de conciertos tradicionales estaban cerradas debido a la guerra. Muchos de estos conciertos se dieron en conjunto con lecturas de poesía y exposiciones. El erudito Jean Cocteau se posicionó como portavoz del grupo, publicando el polémico ensayo "Le Coq et l’Arlequin" (1917) en el que promovía a Satie como modelo para los jóvenes compositores, y el grupo fue bautizado en 1920 por el periodista Henri Collet. La música de Tailleferre se programaba a menudo en París en las décadas de 1910 y 1920, y su estilo musical, que combinaba el neoclasicismo con ingenio y energía, puede compararse con el de Poulenc y Milhaud. Tailleferre aportó muy poco a la polémica de Les Six tal y como se publicó en la revista Le Coq, que duró sólo cuatro números. Era amiga de Ravel y lo visitaba en su casa de Montfort l'Amaury (en su casa aún se exhibe un sofá de porcelana en miniatura que fue un regalo de Tailleferre), y sin duda se habría sentido incómoda con las críticas a este compositor en Le Coq. Cocteau fue condescendiente con ella, describiéndola como 'une Marie Laurencin pour l'oreille' ('una Marie Laurencin para el oído') más parece porque ambas artistas son mujeres que porque hay paralelos reales en su trabajo. Esta marginación al recurrir a declaraciones basadas en el género en lugar de comprometerse con el trabajo de un artista creativo fue tristemente característica de este período.  Más tarde en la vida, la academia francesa y el gobierno la colmaron de honores. Entonces, ¿por qué casi nunca conocemos sus obras y por qué su discografía disponible es tan escasa? Tenía más de 300 composiciones, desde música de cámara hasta sinfonías, piezas cinematográficas e incluso óperas. Les Six se rebeló contra los estilos formales y extendidos europeos actuales y buscó un nuevo idioma francés reconocible. Aquí ejemplos de partituras que nunca se publicaron y existen solo en forma manuscrita. Por lo tanto, esta serie de álbumnes es doblemente importante. 

El lenguaje musical de Tailleferre es notablemente consistente a lo largo de su carrera. Su profunda formación en armonía clásica es evidente en sus ediciones de obras del siglo XVIII de compositores italianos y franceses. Pero sus obras originales combinan un clasicismo esencial con giros distintivos del siglo XX. A menudo crea ambigüedad tonal o armonía bitonal al superponer dos o más ostinati o pasajes escalares diferentes, y combina material tonal clásico sencillo con armonía compleja. El manejo de Horvath de este repertorio es impresionante por su sutileza; incluso cuando se requieren elementos de percusión, el tono básico de su piano nunca es agresivo, manteniendo una hermosa redondez. Su trabajo de pedales también es soberbio, las pizas, tanto inéditas como no de Tailleferre son verdaderas revelaciones, que siguen insinuando a Faure y los primeros Debussy, pero también muy originales. Esta colección de niniaturas de apertura, salvo por "Bajo la Muralla de Atenas" (obra de nada menos que quince minutos de duración,  es sacompñada por grupos de piezas adicionales breves singulares, con todos los aspectos destacados ya citados de composición, interpretados con un afecto conmovedor. Sus obras son cortas, ligeras pero profundas, apasionantes y sustanciales. Este es un registro inmaculado de la gran música francesa. Un programa fascinante, muy bien planeado, con una excelente actuación que cumple con los mejores estándares técnicos de la firma rescatadora de partituras, lo que lo convierte en un lanzamiento muy prometedor y deseable.

Luis Suárez 


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