11/12/2020 – Auditori
Josep Carreras, Vila-Seca (Tarragona)
Kammart Ensemble, Alex Sansó, director. Igor
Stravinsky – “La Historia de un Soldado”
Difícil de encasillar, The Soldier's Story (1918) de Igor
Stravinsky ha tenido una historia de interpretación variada, ya que varias
versiones han enfatizado diferentes aspectos de la obra. Se toca con mayor
frecuencia en concierto como suite de cámara para septeto, y se ha realizado
con coreografía como ballet, aunque cada vez se presenta más en su forma
original como pieza de teatro con un narrador y dos actores. En este caso, con
narradora (Laura Casas), bailarina (Sandra Jurado) y septeto, con ilustraciones
proyectadas de Francina Collado. Una versión adaptada al idioma catalán desde
el libreto original, como una lectura sencilla sin puesta en escena. Como
resultado, la música y las partes habladas adquieren un carácter bastante
distante, reforzando la naturaleza de parábola de la obra, aunque la actuación cercana
de Casas le da al sonido una calidad sin aire que le da a la interpretación una
cierta sequedad a la obra teatral. Si bien las partes habladas pueden parecer
un poco forzadas, la música está bien servida logrando algo cercano a la
objetividad musical que pretendía Stravinsky. La economía forzada de tiempos de
guerra influyó no solo en los modestos recursos de la obra, sino también en su
tema. Las aventuras de un soldado que abandona el ejército y el diablo que
finalmente posee su alma. La deserción del soldado se pasa un poco por alto,
pero el violín que lleva en la mochila y que el Diablo le gana, adquiere una
importancia simbólica que hace de la historia una especie de versión en
miniatura de la leyenda de Fausto. Se muestran los claros ejemplos de los
enfoques idiosincrásicos del compositor para ajuste de texto, una
característica del neoclasicismo se enfatiza con esta calidad distintiva.
Kammar Ensemble tiene muchas razones para tratar esta obra con objetividad y
frialdad, ya que Stravinsky insistió en un cierto desapego en la música que
compuso a raíz de la Primera Guerra Mundial, pero especialmente en las piezas
de su fase neoclásica, que se prolongó hasta la mitad del siglo XX. Los músicos
son precisos en sus ritmos y dinámicas, interpretando el “Septeto” con una meticulosidad
que es casi clínica, con las únicas expresiones evidentes en el cautivador
texto metafórico de CF Ramuz, estando cerca de las condiciones ideales de
Stravinsky y que permite la máxima claridad y nitidez, por lo que las texturas
son completamente transparentes, bitonalidad de ritmos vivos e impredecibles
con irregularidades punzantes de una manera firme y burlona. Las frases
asimétricas se yuxtaponen a los ostinati de acompañamiento independientes, lo
que sugiere el paso desigual del soldado mientras se aventura por el campo, y
prácticamente se pueden escuchar todas las notas bajo la acústica genial del
Auditorio.
Luis Suárez
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