domingo, 2 de abril de 2023


 

Danny Elfman: Violin Concerto “Eleven Eleven”. Adolphus Hailstork: Piano Concerto No. 1. Sandy Cameron, Violin. Stewart Goodyear, Piano. Buffalo Philharmonic Orchestra. JoAnn Falletta, conductor.

NAXOS · DDD · 65’ · *****

El compositor estadounidense Danny Elfman (nacido en 1953), que ya compuso partituras para más de 100 películas, incluida Pee-Wee's Big Adventure y la mayor parte del equipo de Tim Burton (sin mencionar el tema de Los Simpson). También fue el cantante principal de la banda de rock Oingo Boingo. A pesar de este impresionante historial, se apoderó de él más o menos espontáneamente del deseo de escribir música orquestal abstracta, y este ya indispensable “Concierto” le proporcionó los primeros Frutos exitosos del impulso. En términos generales, las incursiones en la música abstracta por parte de compositores de películas han arrojado resultados menos que impresionantes. Elfman, aparentemente ha conseguido un logro considerable desde el principio, como se puede ver también en varias grabaciones de la obra. El truco parece estar en que no descarta sus influencias cinematográficas. El “Concierto para violín "Eleven Eleven", llamado así porque su partitura contiene 1111 compases (y el propio nombre de Elfman contiene la palabra alemana para "11"), tiene varios momentos cinematográficos, pero también es impresionante en términos de forma general. Tiene cuatro movimientos de tamaño sustancial (no hay concesión alguna a la tendencia de longitud moderada de las obras cruzadas), y el diseño es inusual, con movimientos neorrománticos exteriores flanqueando a los centrales más disonantes. Lo más sorprendente de todo es la integración de Elfman del violín solo en su concepto general. Ciertamente, él ha escrito para violín solo antes en bandas sonoras de películas, pero la coherencia de la configuración de solo-tutti aquí es asombrosa si se considera que Elfman nunca antes había intentado algo como esto. Parte del éxito se debe a la violinista Sandy Cameron, para quien fue escrita la obra; claramente se ha tomado el tiempo de conocerla bien, y sus presentaciones en vivo de la obra prometen mucho. Pruebe el final, que comienza con un vigor travieso similar al de Shostakovich, luego se desanima gradualmente y termina en una melancolía en toda regla. El concierto está lleno de efectos orquestales inusuales (como golpes de contrabajo de percusión) que uno esperaría de Elfman.

En contraste del disco nos encontramos con una obra desconocida, que no por ello menos atractiva, de la música del compositor Adolphus Hailstork (nacido en 1941), su “Concierto para Piano nº1” que tiende a reflejar su herencia afroamericana no en la cita directa de material melódico o rítmico sino en la elaboración estructural de características comunes en la tradición. Hailstork es un conservador estilístico cuya música ampliamente atractiva incorpora una gran cantidad de artesanía, y esta obra bajo la dirección de JoAnn Falletta, ofrece una buena introducción a su trabajo. El pianista Stewart Goodyear tiene una habilidad inusual para combinar el repertorio tradicional y el contemporáneo.  Con actuaciones vivaces, que reúne música diversa de una manera nueva y absorbente, esta es otra entrega indispensable en la serie American Classics de Naxos.

Luis Suárez

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