miércoles, 23 de enero de 2019


Crítica – Homenaje a Joan Guinjoan y “Carmina Burana”

Tarragona

El compositor catalán, recientemente fallecido, Joan Guinjoan se ha llevado el protagonismo en la apertura del concierto, con la interpretación que la Orquesta ha hecho del ballet “Fantasía de Trencadís” incluido en su ópera “Gaudí”. Esta obra del compositor tarraconense, con libreto de Josep Maria Carandell, se estrenó en noviembre de 2004 en el Gran Teatro del Liceo. Uno de los más personales y característicos autores de la llamada Generación del 51, que supo conectar la música española con las corrientes más avanzadas de Europa.
Una de las obras corales del siglo XX más populares es, sin duda, la cantata–ballet “Carmina Burana”, de Carl Orff. La obra está basada en 24 poemas medievales que fueron encontrados en 1803 en un códice datado entre los siglos XII y XIII que estaba guardado en un monasterio benedictino alemán. Orff combina de forma admirable la sencillez de las melodías que reflejan la procedencia antigua de los textos, con ritmos más complejos influenciados por Stravinsky. Un “one hit wonder” que le marcaría el resto de su vida, sin apenas ser recordado por alguna otra de sus obras, salvo por personal del gremio musical. Se puede recurrir muchas veces al “Carmina Burana” y siempre el aforo estará lleno, con o sin ballet. En un principio su popularidad se debe a la fuerza de su apertura, "O Fortuna". Pese a lo dificultoso que es, dado a la cantidad de muestras de grabaciones e interpretaciones de la obra por todo el mundo a las que se pueden tomar como comparativas, proponerse una producción de tal calibre ha resultado una brillante representación llena detalles increíblemente definidos. Todos los textos latinos están enunciados con fuerza por los solistas y el coro, y la orquesta tocó con una precisión extraordinaria; incluso las partes están sin pausa, al fin de evitar (lo cual es más que difícil) aplausos efusivos al final de las secciones, por parte del público asistente no iniciado en materia y hacer que la interpretación se sienta lo más nítida y fluida posible. Los solos vocales destacados en fraseo y expresividad del barítono De la Riva y el contratenor Ferri-Benedetti son deliberadamente cómicos y entretenidos; presentan placeres de la vida tales como: comer, beber, reír, amarse, disfrutar de la naturaleza o el juego y no están exentos de críticas mordaces al clero y a los gobernantes por textos de estudiantes y goliardos (clérigos jóvenes o empobrecidos) que satirizaban a la Iglesia Católica y que se extendían en temas como la naturaleza efímera del dinero. El canto de la soprano en "Stetit puella" e "In trutina" es hermoso en tono y expresión, y está bien adaptado a los momentos más impactantes de esta cantata y a las bellas capacidades tímbricas de Sara Blanch. El coro tiene un sonido razonablemente completo e inteligible, pese a las dificultades del texto en latín. La interpretación lo captura todo, energía y entusiasmo, aunque hay momentos aislados en los que parece que una acústica más adecuada de la sala podría haber hecho que el conjunto sonara un poco más completo.
Luis Suárez

Sara Blanch, soprano; Flavio Ferri-Benedetti, contratenor; Germán de la Riva, barítono. Coral de la URV. Coro de la FCEC. Orquestra Simfònica Camera Musicae / Josep Caballé Domenech. Obras de Guinjoan y Orff.
Teatre de Tarragona.

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