lunes, 29 de enero de 2024


 Melodies Infinies. Faure & Enescu Piano Quartets nº1. Andrei Ioniţă, violonchelo. Suyeon Kang, violín. Catalin Serban, piano. Karolina Errera, viola.

NAXOS 8551477 · DDD · 74’ · ****

De todos los miembros de la recién formada Société Nationale de Musique Française, la música de cámara de Gabriel Fauré (1845-1924) estuvo entre las más exitosas y ha perdurado de manera más destacada hasta los tiempos modernos. Los dos cuartetos para piano, op.15 y 45, son dos de los mejores ejemplos de su extensa producción. Ambos cuartetos están llenos del lirismo natural, las ricas armonías y la voz equilibrada de Fauré. Los adagios de ambos cuartetos se encuentran entre los más tiernos, sentimentales y bellos del repertorio.

George Enescu (1881-1955) es el gran compositor cuya grandeza no es generalmente reconocida. La afirmación es seguramente discutible, y los aficionados al barroco podrían optar por Biber o Zelenka. El enorme “Cuarteto con piano nº 1 en re mayor, op.16”, exige una ronda especial de audiencias repetidas. Con una duración de casi 40 minutos, tiene un alcance algo mahleriano, aunque el lenguaje armónico básico cae en las órbitas de Fauré y Rachmaninov. La genialidad de Enescu aquí es que la música en el movimiento de apertura sigue dando vueltas hacia diferentes reinos, con grandes declaraciones heroicas, parecidas a un concierto, del piano, interludios líricos, movimientos protoimpresionistas, pasajes influenciados por la música popular rumana y más. El cuarteto parece, como dijo Mahler, "abarcar el mundo", pero también todo está unido, y gran parte de ello deriva de un motivo inicial. El movimiento lento es un nocturno inusualmente hermoso, extendido hasta alcanzar una longitud celestial. El “Cuarteto para piano nº 2 en re menor, op.30”, estrenado en 1944, fue un homenaje a Fauré y es menos impresionante en su alcance, pero está llena de magníficas melodías.

El conjunto presente interpreta estas dos obras maestras presentando aquí un buen argumento a favor de Enescu y Fauré, con interpretaciones apasionantes de estas difíciles y complejas obras de cámara. Los oyentes notarán inmediatamente el impecable equilibrio del grupo (no siempre es una hazaña fácil para los cuartetos de piano), así como una sólida calidad de sonido, una entonación pulida, una articulación unificada y un amplio espectro tonal. Sin embargo, lo que hace que esta grabación sea verdaderamente memorable es la profunda comprensión de las partituras y la capacidad de traducir ese conocimiento en una interpretación apasionante que resalta cada detalle del lirismo y la pasión. Incluso los oyentes que estén familiarizados con estas dos composiciones encontrarán cosas nuevas que les encantarán con la interpretación, donde el impulso nunca decae aquí a través de algunas estructuras muy grandes, y aquellos que disfrutan de la experiencia de profundizar en unas piezas profundas de música de cámara encontrarán en esta versión el colmo del disfrute.

Luis Suárez

sábado, 6 de enero de 2024

Cerdanyenca. Obas de Marc Migó, Rachmaninov, Gershwin y Eugène Ysaÿe. Mark Prihodko, violoncelo., paino.

IBS CLASSICAL 152023 · DDD · ****

Marc Migó, compositor barcelonés nacido en 1993, es el principal protagonista de esta especial grabación del joven chelista Mark Prihodko, acompañado al piano por Viktoria Korolionok, con la “Sonata para violonchelo y piano”, de 2019 que recibió el Premio del Festival Pablo Casals, que da nombre al álbum. Además se añade al programa su “Romança Melòdica”. Se completa con los “Preludios para piano” de George Gershwin, de los cuales abundan las transcripciones para otros instrumentos, es tan popular que está indisolublemente ligada al original y muchos violonchelistas incluyen los consideran una piedra angular de su repertorio estándar. Está presente asimismo el virtuoso violinista Eugène Ysaÿe, con “Sonata para violonchelo solo, Op.28”. El violonchelista Mark Prihodko y la pianista Viktoria Korolionok aparecen en este álbum para una lectura vigorosa de las sustanciales composiciones. El sonido del chelo es impresionantemente musculoso y espacioso durante gran parte de las sonatas, y se transmiten fácilmente a través de las partituras, a menudo densa. Son actuaciones voluntariosas que se acercan al filo de la navaja y nunca retroceden. Manejan perfectamente las demandas técnicas de manera impecable, visceralmente emocionante que captura todos los matices milagrosos de sus instrumentos.

Luis Suárez

 

sábado, 30 de diciembre de 2023


 

Juan Durán. Obras para orquesta. Variaciones sobre un tema de Pablo Sorozabal, Cantiga Finisterrae para múltiples voces de luz, Alborada de noite e de luz, Divertimento, Fanfarrias Xacobeas, Troula, Cervantina, Dona nobis pacem.

Orquesta Sinfónica de Galicia. Osmo Vänskä, Víctor Pablo Pérez, Rumon Gamba, Dima Slobodeniouk. Grabaciones en vivio.

RDC. D.L: 1641_2023. · DDD · 135’ · *****

Nos encontramos con un esperado registro en cd de obras orquestales del compositor gallego, Juan Durán, realizadas por la Orquesta Sinfónica de Galicia, publicadas bajo el sello RDC. Son grabaciones desde 1994 hasta el 2020 y que fueron hechas en el Palacio de la Ópera, excepto la última, “Dona nobis pacem” (elegía por los fallecidos en la Pandemia del Covid-19).

“Alborada de noite e de luz” (2012), a la que hay que añadir la grabación efectuada en 2008 de “Cantiga Finisterrae” (1999), ambas avaladas por intérpretes de la talla del Orfeón Donostiarra, el Coro de Cámara del Palau y la Sinfónica de Galicia; solistas como Lola Casariego y José Antonio López y la dirección nada menos que de Víctor Pablo Pérez. “Cantiga Finisterrae” (cantata en cinco movimientos), sobre un poema de Miguel Anxo Fernán-Vello, por encargo de la Orquesta Sinfónica de Galicia (OSG) para celebrar el cambio de milenio. “Alborada de noite e de luz” fue escrita entre 2011 y 2012 y estrenada el 12 de mayo de 2012 en el marco del concierto inaugural del Festival Mozart. Lleva por subtítulo Suite sinfónica sobre temas populares Gallegos. La idea fue construir una obra sinfónica utilizando como material temático, susceptible de ser desarrollado, algunas piezas o simplemente citas populares tomadas del folklore gallego.

“Variaciones sobre un tema de Pablo Sorozábal” (1993), elogia al músico donostiarra, transitando por un clima suave y levemente melancólico, bajo la belleza de las cuerdas, por momentos de armonías bartokianas, con instancias donde se lucieron en solos la viola y el violín, sin faltar la canónica fuga; todo ellos lleva a una obra variada, atrayente y expresiva.

“Divertimento” (2006), es una muestra indiscutible de talento mediante la paleta de cueras, donde de nuevo el recuerdo a Bèla Bàrtok a veces se muestra patente; el ritmo intenso y obsesivo de muchos fragmentos; la repetición mediante la acertada distribución de tempo lentos y rápidos; dividido en cinco movimientos con una frescura demostrada en la interpretación.

“Fanfarrias Xacobeas” (2010), es una obra breve, a modo de exaltación nacionalista bajo una forma bitemática, donde se perciben citas del Himno Gallego, sobre todo hacia el final de la obra, donde el motivo es más evidente."

“Troula” (2016), para coro y orquesta basa su arquitectura sinfónica en temas de la música gallega, del folclore o propias y ajenas, perfectamente combinadas. El coro infantil canta al unísono los primeros versos del tema popular “Rosa de Abril” y reciben respuesta armonizada de los mayores. Es una bella obra basada en la introspección, saudade, alegría y fiesta, con todos los recursos vocales e instrumentales.

“Cervantina” (2016), es una suite sinfónica sobre temas españoles, tomando temas fácilmente reconocibles por cualquier amante de la música, como la “Fantasía de Mudarra, Guárdame las Vacas”, “La Folías de España”, “las Tres Morillas”, “De los Álamos Vengo”…) música toda en torno a la época de Miguel de Cervantes.

“Dona Nobis Pacem” (2020), es donde la música se vuelve una posible aliada para expresar la sensación de pérdida e incertidumbre, aquello que no se puede expresar ya con palabras, la música aporta hasta los límites de la expresión posibles. La elegía parte de un entramado compacto en las violas y chelos, acompañado con gran sencillez por el arpa. Las cuerdas vuelven a aumentar brevemente la intensidad y anuncian el trabajo melódico que, lentamente, comienza a emerger como una pequeña luz de esperanza. Un gran clímax se rompe abruptamente para dar lugar al lamento del chelo con un arpa que, evocadoramente, le da un aire ensoñador

Víctor Pablo Pérez, gran apoyo y difusor de la obra de Durán, aporta sapiencia, sensibilidad y efusión. Cuida la expresividad hasta los límites y extrae las grandes sonoridades de hermoso sonido de una orquesta en estado de gracia y madurez. Extrae de la obra de Durán su mensaje, no solo para los van a analizar la partitura, sino también para el público general que acude a disfrutar de la música en estado puro.

Se puede decir que Durán busca y encuentra el ideal equilibrio entre ser lo más entendible posible y no caer en la vulgaridad, aprovechando el filón de la música nacionalista, creando un colorido de alguien que entiende y domina perfectamente los poderes tímbricos de orquesta, solistas y coro, manteniendo el interés, control y emoción hasta el final de cada partitura. Sigue un camino generado en el Siglo XXI, donde existe un resurgimiento de la tonalidad, un género a menudo repudiado en las décadas finales del Siglo XX por la vanguardia. Pero la clásica, denominado moderna, no es sólo la música en sí, también es una revolución sumada a que hay que arriesgarse y envolverse en lo más alto para embarcarse en este tipo de arte sonoro y volver sobre la senda marcada ante la imposibilidad de seguir por la abstracción total e impopular, de la mal denominada tendencia contemporánea. La libertada para la expresión artística se da en estos tiempos y se deben aceptar todas las tendencias, cuales sean las decisiones de cada creador. Durán, en concreto, crea florituras orquestales, con un toque de armonías ajustadas, estructuradamente formal, desde la forma simple a la libertada rapsódica, donde las extremas complejidades rítmicas, armónicas y melódicas pueden desarrollarse orgánicamente de una manera casi tradicional a pesar de su apasionante sentimiento entre neocásico y modernista.

Las piezas, grabadas aquí por la asombrosa Orquesta Gallega, a la cual hay que agradecer grabar y recuperar para la edición en disco las interpretaciones en vivo, pertenecen a la música clásica moderna autónoma y brillan con intensidad ante la valiente difusión de los músicos nacionales. Se nota que las obras escogidas cobran vida y resulta un placer para nuestros oídos.

Luis Suárez

lunes, 25 de diciembre de 2023


 

Brahms, Johannes. Orchestral & Vocal Works. Angnieszka Rehlis, mezzo-soprano. Coro y Orquesta Comunidad de Madrid. Marzena Diakun, directora. Josep Vila I Casañas, director coral.

IBS CLASSICAL 132023 · DDD · 73’ · ****

Las obras para coro de Brahms representan una parte significativa de su producción, mucho mayor de lo que se podría suponer por la frecuencia de sus interpretaciones en los tiempos modernos, aparte del bellísimo “Réquiem Alemán”. Su música para coros mixtos y voces femeninas, ya sea a capella o acompañada de piano, son las obras más interpretadas en vida debido a su difusión a través de la proliferación de coros comunitarios amateurs de la época. Escribió relativamente pocas obras para coro y orquesta, la mayoría de ellas en la última parte de su carrera, y este CD reúne una atractiva selección de seis de ellas. Las más familiares son la “Rapsodia para contralto, voces masculinas y orquesta, op.53”, y “Schicksalslied para coro y orquesta, op.54”. Brahms los escribió poco después de completar su Réquiem, y es fácil escuchar ecos de sus profundos sentimientos y lenguaje musical en estas piezas más cortas, pero aún profundas. “Gesang der Parzen, op.89” (la canción de los destinos), su última obra coral-orquestal, una adaptación de Goethe, también merece una exposición más amplia. Es quizás el más excéntrico musicalmente, lleno de cambios de dirección impredecibles, pero deja una fuerte impresión mística, particularmente en sus inquietantes momentos finales.

Brahms compuso "Nanie, op.82" (Canción de Lamentación) en 1881, en memoria de su fallecido amigo Anselm Feuerbach. No trata de simple desesperación o mera queja. Incluso en momentos tan oscuros, el romanticismo de Schiller se expresa como un anhelo de lo inalcanzable. La obra comienza con "¡Auch das Schone muss sterben!" (Incluso la belleza debe morir), y la tensión entre la veracidad del mensaje y el anhelo del espíritu humano por la atemporalidad de la temporalidad y el eterno retorno de la belleza se puede sentir en la pura belleza de la música de Brahms.

Para los fanáticos brahmsianos este disco reúne en un volumen las obras de estas maravillosas obras. La precisión, intensidad y fuerza de la interpretación de la mezzo Rehlis, que aporta una entonación ligera, pura y cálidamente enfocada y la dirección aquí es fuerte y poderosa. Y, por supuesto el Coro de la Comunidad de Madrid tiene un tono y una técnica impecable y siempre acierta en la entonación. El impresionante, glorioso y monumental Brahms contrasta con la melancólica y consoladora “Alto Rhapsody”; tocan las profundidades de las partituras y poemas con un fondo que cualquiera que ame la música, y en concreto la suntuosa música coral romántica tendrá que escuchar esta selección al menos una vez en la vida. El sonido digital es rico y exuberante, con la acústica del Teatro Auditorio de San Lorenzo de El Escorial de Madrid.

Luis Suárez

domingo, 24 de diciembre de 2023


 

HANS WERNER HENZE. La Balsa de la Medusa (Oratorio). Sarah Wegener, soprano. Dietrich Henschel, barítono. Sven-Eric Bechtolf, narrador. Coro Arnold Schoenberg. Coro de Niños de Viena. ORF VIENNA RADIO SYMPHONY ORCHESTRA. CORNELIUS MEISTER, director.

CAPRICCIO 5482 · DDD · 74’ · ****

Das Floß der Medusa (o "La balsa de la Medusa") fue un oratorio secular para tres cantantes, coro, coro de niños y orquesta, compuesto en 1968 por Hans Werner Henze (1926/ 2012). La historia, basada en un hecho real también conmemorado por un famoso cuadro de Théodore Géricault, expuesto en la portada del disco, trataba del hundimiento de una fragata francesa frente a Mauritania en 1816. De los 400 pasajeros, unos 150 fueron obligados a subir a una balsa improvisada, y de ellos, sólo 15 sobrevivieron después de 13 días de horror impensable. La obra de Henze data de 1968, el año de la revuelta estudiantil en Alemania como en otros lugares. Los coristas originales se negaron a cantar bajo una pancarta roja que simbolizaba el comunismo, e incluso el barítono Dietrich Fischer-Dieskau se echó atrás, aunque se le escuchó en la grabación realizada durante los ensayos con Henze dirigiendo. Henze cuenta su historia en un estilo alegórico clásico con tres cantantes solistas: la Muerte (por la soprano Sarah Wegener), Jean-Charles, un haitiano en la balsa (por el barítono Dietrich Henschel), y Caronte, el barquero al mundo de la muerte (por el narrador, Sven-Eric Bechtolf). La parte hablada se funde con la música de una manera que a Arnold Schoenberg le hubiera gustado, y el Coro, de nombre homónimo al músico revolucionario austriaco) se siente bastante cómodo con el idioma. Quizás el coro de niños de Viena sea más nuevo, pero también se desenvuelven bien. El cuento fue despojado de sus cánticos de "Ho Chi Minh" en una versión posterior que se escuchó aquí, y en esta lectura por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Viena ORF bajo la dirección de Cornelius Meister, tiene un poder dramático considerable. Es difícil no pensar en el papel que han desempeñado los naufragios y las balsas en la actual crisis de refugiados europea, y el trabajo de Henze es mucho más que una pieza de época.

Luis Suárez


Johannes Brahms. Complete Violin Sonatas. Vadim Tchijik, violín. Alberto Urroz, piano.

IBS CLASSICAL 12023 · 73' · *****

En 1851 un jovencito Brahms se encontró con el violinista húngaro Remenyi, quien le introdujo a la música popular húngara que tuvo una influencia posterior en su trabajo. Dos años más tarde se presentó con su compañía en su primera gira de conciertos. Brahms hizo una contribución significativa al repertorio de música de cámara. Sus primeros intentos se hicieron a principios de 1850, ahora se perdidos, pero en 1853 escribió un movimiento para la “Sonata de Violín FAE” compuesta por Schumann y su alumno Albert Dietrich destinado a Joachim, amigo íntimo y de gran influencia para la obra de nuestro protagonista. El Scherzo fue de Brahms, quién ya había mostrado soltura en sus primerizas “Sonatas para piano” op.1 y 2 y en su “Scherzo op.4” para piano. Aquí se incluye con total acierto al final de la grabación, completando un ciclo de tan grandes como intensas proporciones.

Mas no fue sino hasta 1879 que completó, a su satisfacción, su primera “Sonata para Violín op.78”, durante unas vacaciones de verano en Portschach, en el Worthersee, tras completar su majestuoso “Concierto de Violín”, dedicado a Joachim.

La “Sonata de Violín nº 2, Opus 100”, se completó durante el verano de 1886, mientras que el compositor estaba de vacaciones en el Lago de Thun, en Suiza, y se interpretó en Viena en diciembre del mismo año.

La “Sonata No. 3, Opus 108”, siguió en 1888, otra vez terminada durante un verano pasado en el lago Thun, y fue dedicada al pianista y conductor Hans Von Bullow.

Ambos intérpretes brillan por derecho propio, por lo que la combinación produce una música espléndidamente hermosa. El juego de violín sedoso de Tchijik, aquí expresado, es difícil de superar; no hay dureza, ni siquiera en las notas altas. Urroz se muestra como un excelente "acompañante", reteniéndose cuando el violín tiene la línea melódica, pero proporcionando un fuerte énfasis cuando se lo pide. El equilibrio (requerido por Brahms) entre el piano y violín parece perfecto para mi gusto y sensibilidad. Ambos logran enfatizar, con una perfección sublime, el lirismo que está presente en estas obras con un estado de ánimo optimista, de líneas melódicas sugerentes y radiantes de belleza contrastadas con estados de apasionamiento de mayor intensidad. Perfecta descripción de una inspiración suprema establecida entre tres bandas: la naturaleza del paisaje, el ánimo influyente de Joachim y la estabilidad emocional por Clara Schumann.

Luis Suárez


 

La Contemplazione. Obras de Hummel y Schubert. Eloy Orzaiz, pianoforte.

IBS CLASSICAL 182023 · DDD · 63’ · *****

El clavecinista y pianista Navarro, Eloy Orzaiz, presenta este delicioso proyecto sobre la música evolutiva, entre la época del Clasicismo y el Romanticismo, de dos contemporáneos como son: Johann Hummel (1778/ 1837) y Franz Schubert (1797/ 1828).

A menudo se piensa que Johann Nepomuk Hummel es un encanto de Beethoven, pero la música para piano de Hummel está más cerca de la era clásica que de la era romántica, mientras que la de Schubert evoluciona mucho más rápido hacia los grandes mitos musicales de la era romántica. La forma en que Hummel utilizó ideas melódicas largas, sin un desarrollo o armonía sofisticados, y se apegó estrechamente a las ideas convencionales de armonía y estructura, ha provocado que muchos descarten por completo su música para piano. Orzaiz no, y las piezas que eligió demuestran muy hábilmente que estas obras se adaptan mejor al fortepiano que las de Beethoven que a menudo parecen abrumar las capacidades del instrumento con su potencia, y que las de Hummel sonarían igual de bien en un piano moderno. La de Schubert, nos han ido casi siempre exhibidas bajo el piano moderno, con lo cual resulta muy interesante esta interpretación con un modelo como el “Graf (1826/ 7) Orzaiz interpreta todas estas obras con un sentido del drama muy fluido y naturalmente desarrollado. La “Sonata, op.106” de Hummel es mucho menos volátil e intensa que las de Beethoven o Schubert, pero la gama de emociones que se le da tiene una profundidad de carácter que aspira a la de los románticos. La “Bagatela, La Contemplazione, op. 107 nº3” también es tan introspectiva como un movimiento lento de Schubert, pero en un tono más ligero y un poco más ornamentado.

En 1827, Schubert escribió sus “Drei Klavierstücke, D.946”, que aparentemente pretendía que formaran parte de otro grupo de “Impromptus”, como los anteriores recientemente compuestos. Son ejemplos de arte innegablemente elevado en la producción para teclados del compositor. Independientemente de cómo se vea su forma, en la primera piaza la música en sí es rítmica y vivaz en su material temático principal, luego se vuelve ricamente romántica en la sección larga y lenta. Tras el regreso del material de apertura, se escucha otro tema, también lento en contraste con el primer tema y algo pesado también. Tras una repetición de los temas principales, la pieza finaliza. El segundo elemento aquí comienza en un estado de ánimo sereno y tenue, con la marca Allegretto que suena más como un Moderato. El tema es encantador, aunque algo melancólico. Las secciones siguientes, por el contrario, son animadas y ofrecen mucho color y alegría. Así, el esquema que Schubert utiliza aquí es opuesto al de la primera pieza, con las secciones exteriores esencialmente lentas y las interiores rápidas o vivas. Sin embargo, en general, la pieza cumple la función de un movimiento lento en el conjunto. La tercera entrada comienza con un gran entusiasmo, nuevamente el compositor ofrece impulso rítmico y mucho color. Aunque el segundo tema es menos motivado y algo apagado, sigue siendo animado y brillante. Si bien se trata de una obra bien elaborada, probablemente sea la menos ambiciosa de las tres en términos de individualidad y complejidad formal.

De nuevo, Orzaiz destaca en la forma en que colorea la música. La variedad de color y tono que obtiene del instrumento utilizado en esta grabación es mucho mayor que la de muchos otros intérpretes de instrumentos de teclado de la época. Esto es lo que hace que sea tan fácil imaginar cómo sonaría en un piano moderno. La interpretación de del músico navarro recomienda las obras para piano de Schubert menos conocidas abiertamente, como la auténtica delicia que supone la música del genio austriaco.

Luis Suárez