Melodies Infinies. Faure & Enescu Piano Quartets nº1. Andrei Ioniţă, violonchelo. Suyeon Kang, violín. Catalin Serban, piano. Karolina Errera, viola.
NAXOS 8551477 · DDD · 74’ · ****
De todos los miembros de
la recién formada Société Nationale de Musique Française, la música de cámara
de Gabriel Fauré (1845-1924) estuvo entre las más exitosas y ha perdurado de
manera más destacada hasta los tiempos modernos. Los dos cuartetos para piano,
op.15 y 45, son dos de los mejores ejemplos de su extensa producción. Ambos
cuartetos están llenos del lirismo natural, las ricas armonías y la voz
equilibrada de Fauré. Los adagios de ambos cuartetos se encuentran entre los
más tiernos, sentimentales y bellos del repertorio.
George Enescu (1881-1955)
es el gran compositor cuya grandeza no es generalmente reconocida. La
afirmación es seguramente discutible, y los aficionados al barroco podrían
optar por Biber o Zelenka. El enorme “Cuarteto con piano nº 1 en re mayor, op.16”,
exige una ronda especial de audiencias repetidas. Con una duración de casi 40
minutos, tiene un alcance algo mahleriano, aunque el lenguaje armónico básico
cae en las órbitas de Fauré y Rachmaninov. La genialidad de Enescu aquí es que
la música en el movimiento de apertura sigue dando vueltas hacia diferentes
reinos, con grandes declaraciones heroicas, parecidas a un concierto, del
piano, interludios líricos, movimientos protoimpresionistas,
pasajes influenciados por la música popular rumana y más. El cuarteto parece,
como dijo Mahler, "abarcar el mundo", pero también todo está unido, y
gran parte de ello deriva de un motivo inicial. El movimiento lento es un
nocturno inusualmente hermoso, extendido hasta alcanzar una longitud celestial.
El “Cuarteto para piano nº 2 en re menor, op.30”, estrenado en 1944, fue un
homenaje a Fauré y es menos impresionante en su alcance, pero está llena de
magníficas melodías.
El conjunto presente
interpreta estas dos obras maestras presentando aquí un buen argumento a favor
de Enescu y Fauré, con interpretaciones apasionantes de estas difíciles y
complejas obras de cámara. Los oyentes notarán inmediatamente el impecable
equilibrio del grupo (no siempre es una hazaña fácil para los cuartetos de
piano), así como una sólida calidad de sonido, una entonación pulida, una
articulación unificada y un amplio espectro tonal. Sin embargo, lo que hace que
esta grabación sea verdaderamente memorable es la profunda comprensión de las
partituras y la capacidad de traducir ese conocimiento en una interpretación
apasionante que resalta cada detalle del lirismo y la pasión. Incluso los
oyentes que estén familiarizados con estas dos composiciones encontrarán cosas
nuevas que les encantarán con la interpretación, donde el impulso nunca decae
aquí a través de algunas estructuras muy grandes, y aquellos que disfrutan de
la experiencia de profundizar en unas piezas profundas de música de cámara
encontrarán en esta versión el colmo del disfrute.
Luis Suárez
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