Homenaje a Falla. Concerto Málaga. J.M. Gil de Gálvez,
violin. José Serebrier, dirección.
Fundación Hispania Música · DDD · 57’ · ****
No faltan las grabaciones
diversas de “El amor brujo” de Manuel de Falla, gracias al centenario de la obra.
en 2019. Estaba a la vanguardia cuando se estrenó y, sin embargo, su fusión de
influencias flamencas con el creciente neoclasicismo francés es irresistible
para el público sinfónico en general. Las revisiones de la misma por el creador
también son varias, desde la versión original. Aquí nos encontramos con otra
adaptación realizada para el célebre ensemble de cuerdas, Concerto Málaga,
sobre la versión final, que más se interpreta para gran orquesta y que llevara
a su audición internacional a un éxito de alturas impresionantes. La versión
citada logra cautivar y no llegar a echar de menos la instrumentación de gran
formato. Lo que se nos presenta no es una representación de la música flamenca
en forma sinfónica, aunque a menudo se piensa así. Falla utiliza los ritmos del
flamenco para darle vida a los nuevos sonidos limpios que estaban tomando forma
en Francia y que él aprendió allí. Serebrier logra asimismo que no sean meros
ejercicios fogosos para que la orquesta emule una guitarra flamenca, sino algo
más nítido y no pierde nada de la energía rítmica a esa velocidad. Mantiene en
el programa varias piezas de la obra, con otra danza de “El Sombrero de Tres Picos”:
Danza del Molinero, con el que comienza el disco. La célebre “Danza nº1 de La
Vida Breve” completa la selección de Falla, quedando la segunda de la misma o
el Intermezzo que suelen ser tocadas en adaptaciones del propio autor en
versión de concierto. Isaac Albéniz aporta dos piezas de su “Suite Española nº1” (Granada y Cádiz). José
Luis Turina aporta asímisno “Dos Sonetos del amor Oscuro”; según las propias
palabras del autor: “aprovechando la
cercanía entre Falla y Garcia Lorca en una breve suite utilizando algunas de
las canciones armonizadas por el poeta, dado el acercamiento de ambos a la
música popular; pero al ir madurando la idea de la obra finalmente orientándose
por vincularla a la poesía de Lorca más madura, profunda y enigmática”. López
Chávarri es escogido a su vez con una de sus “Acuarelas Valencianas” La
composición más conocido de Jesús de Monasterio, "Adios a la
Alhambra" para violín y piano, cierra el homenaje. Sus obras para violín y
conjuntos de cámara ayudaron a difundir estos géneros por toda España. Monasterio
fue un niño prodigio y alumno de Beriot que llegó a ser violinista de honor de
la capilla real y profesor de violín en el Conservatorio de Madrid.
Una lectura amena de “gastadas
obras”, con otras nuevas creaciones, tiene en cuenta las vocaciones artísticas
de los intérpretes que ofrece la máxima fidelidad de sonido, logrando un nivel
de claridad, profundidad y sutileza de alta calidad. La dirección del mítico
Serebrier es matizada, ardiente y apasionada. Especialmente vibrante y colorida
es la interpretación de solista de Gil de Gálvez que desgraciadamente no ofrece
más ejemplos aquí de su arte.
Luis Suárez
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