lunes, 22 de marzo de 2021


 Hanson, Raymond. Complete Piano Works. Tonya Lemoh, piano. GRAND PIANO · 106’ · DDD · *****

Las obras para piano del compositor australiano en gran parte autodidacta Raymond Hanson no tienen paralelo en la música australiana del siglo XX. A lo largo de cuatro décadas, ejemplifican un espíritu iconoclasta cuya escritura espontánea va acompañada de un ingenio y dinamismo visionarios. Esta excelente colección completa de la obra para piano de Hanson incluye la “Sonata para piano, op.12”, una de sus mejores obras, llena de ritmos motores inquietos y contrastes reflexivos, y muchas grabaciones de estreno mundial, todas interpretadas por la galardonada pianista Tonya Lemoh. La pianista australiana  es conocida por su enfoque en un repertorio inusual y exótico. Respecto a Hanson su carrera se vio afectada negativamente en parte por la falta de apoyo a los compositores australianos en la primera mitad del siglo XX. No obstante, se convirtió en el principal conferenciante de composición en el Conservatorio de Música del Estado de Nueva Gales del Sur y más tarde fue nombrado miembro de la Orden de Australia. La sofisticación y originalidad de sus composiciones para piano es especialmente notable considerando la poca formación formal que recibió. Durante su vida, sus obras para piano fueron interpretadas por varios pianistas de renombre, entre ellos Walter Gieseking, Rudolf Firkušný e Ignaz Friedman. Hanson enseñó y fue mentor de algunos de los músicos más influyentes de Australia, incluidos Larry Sitsky, Roger Woodward, Don Burrows, Nigel Butterley y Richard Meale. Hanson murió en 1976, dejando un legado sustancial que incluye conciertos para piano, trompeta, trombón y violín, obras orquestales, partituras de películas, canciones y obras corales, óperas y música de cámara. Es un trabajo extraordinario, que combina una forma académica con una atmósfera densa y ritmos cambiantes en una mezcla exuberante única. Lemoh nos ofrece un muestreo intrigante en la variedad compositiva, desde impresionista romántico, expresionista, neoclásico… pero eso da una impresión errónea; las marcadas líneas divisorias formales de su música no le deben nada a Debussy y sus sucesores; es una manera totalmente autodidacta  de armonías altamente cromáticas, pero por muy densas que siempre tienen un objetivo en mente. También hay una sensación de belleza en las miniaturas, como los “Preludios”. Algunos otros casos llevan adelante la tradición romántica nocturna de una manera inesperada. Lemoh obtiene su curiosa mezcla de sobriedad y sensualidad, y el resultado anuncia un significativo talento para el teclado.

Luis Suárez


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