BEETHOVEN. EGMONT, COMPLETE INCIDENTAL MUSIC, OP. 84. Elisabeth
Breuer, Soprano. Robert Hunger-Bühler, Recitation. Helsinki Baroque
Orchestra (on period instruments). Aapo Häkkinen, conductor.
Ondine 1331-2 · *** · 52’
Cuando se ofreció una comisión para proporcionar una
partitura musical para el Egmont de Goethe, Beethoven aprovechó la oportunidad
con entusiasmo. El tema de Egmont le atrajo: la lucha por la libertad. Recordemos
que este tema general ya había sido explorado, aunque en una historia y lugar
bastante diferentes, en la ópera Fidelio. La obra de Goethe representa la
persecución española del pueblo de los Países Bajos en 1567-1568 a través de
una inquisición. El Conde Egmont, un católico leal a los españoles, aboga por
la tolerancia del rey español, que en su lugar despacha al malévolo Duque de Alba
para ordenar a las fuerzas que mantengan el orden. Egmont finalmente es
arrestado por Alba y sentenciado a muerte. Su amor, Clara (un personaje
ficticio; el verdadero Egmont estaba casado y era padre de 11 hijos), planea
escapar pero fracasa. Ella se envenena, y Egmont es ejecutado, pero con el
conocimiento de que la rebelión está en progreso y la gente será libre. La
primera presentación de la obra con la música llegó el 15 de junio de 1810. Una
presentación de la misma (aparte del drama de Goethe)
Aquí nos encontramos con la partitura, inhabitual, de la
música incidental, con narrador, soprano y orquesta, aquí con la también
inusual versión en instrumentos originales con una paleta instrumental
reducida. “Egmont” abre con su obertura justamente famosa, durante todos estos años,
desde su composición, culpable del eclipse del resto de la partitura por la
fuerza narrativa que destaca sobre sí misma y considerada siempre un elemento
básico en la sala de conciertos. Beethoven comienza con un Sostenuto ma non
troppo, donde laa música parece retratar la opresión y la oscuridad, el
motivo de apertura revelado para representar al tirano, pero cuando el ritmo se
acelera con un Allegro vigoroso, el estado de ánimo cambia a uno de
heroico desafío con un tema que parece descender a las profundidades de la
batalla. El motivo del tirano evoluciona a lo largo de la obertura y cerca del
final se vuelve rítmico y oscuro y provoca la ejecución de Egmont. El estado de
ánimo de la pieza se vuelve triunfante y festivo, proporcionando un cierre
glorioso. La parte desconocida, para el gran público de la partitura, sigue con
una de las dos canciones de Clara, "Die Trommel gerühet". Ella
mezcla sentimientos sobre el amor y el ejército, anhelando estar con Egmont,
marchando en su ejército. Siguen los Entreactos Nos. 1 y 2, el primero
mantiene el dulce estado de ánimo de la canción de Clara, luego se agita,
mientras que el segundo, marcado Larghetto, es muy conmovedor. La segunda
canción de Clara sigue, "Freudvoll und leidvoll", una efusión
de amor bastante conmovedora. El Entreacto No. 3, en el que el tema de
la canción de amor se desarrolla desde el principio, con un estado de ánimo
tranquilo y brillante. La música se vuelve marcial para representar a las
fuerzas rebeldes. El Entreacto No. 4, marcado Larghetto, comienza con un
gemido de dolor, luego presenta una melodía melancólica y hermosa. La muerte de
Clara es retratada por música triste y conmovedora, en otro tempo de Larghetto.
En Siegessymphonie, Beethoven repite la música heroica y triunfante
desde el cierre de la obertura.
Hay que decir, respecto a la versión aquí ofrecida, que se
echa en falta la masa orquestal acostumbrada en las grandes interpretaciones
históricas (Karajan, Solti, Bernstein…). La dirección de Aapo Häkkinen está condimentada
con excesos románticos subjetivos, en algunos aspectos segura y firme, a la
manera que el texto de Goethe atrajo a Beethoven. Es de destacar la enorme
labor de narración (en alemán) de Robert Hunger-Bühler, que da consistencia a
la obra compactando el drama; además las grabaciones de esta manera han sido
escasas, probablemente debido al declive del género musical incidental, lo cual
es muy de agradecer en este caso concreto y que reflejan la intención de
Beethoven de ver el trabajo realizado en el escenario del concierto. La
orquesta historicista da con un “sonido moderno” Captura perfectamente el
sentido de tragedia evolucionando hacia una música, como un arma de lucha del
romanticismo, a veces convencional pero siempre trascendente. La soprano Elisabeth
Breuer tiene presencia y profundidad, y las piezas orquestales son dinámicas
pero no exageradas.
Luis Suárez
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