miércoles, 22 de agosto de 2018


Hommagge Debussy – Azumi Nishizawa, piano. Obras de Debussy, Falla, Granados, Albéniz – IBS CLASSICAL 132018 – DDD – 76’ - ****S
Una vez más la discográfica IBS quiere dar su toque de arena al centenario del fallecimiento del genial Claude Debussy y recurre a su faceta más aclamada, que no la única, el piano. Al contrario que con Claudio Constantini, que nos ofrece una más que interesante integral de la producción del impresionista francés, aquí Nishizawa nos pasea por una gratificante selección de piezas antológicas de entre la abundante poesía debussyana. Sin seguir un orden que se antoje claro en cuanto a propósitos conceptuales o cronológicos, sigue el rumbo por una serie de miniaturas maestras que a todos nos vienen a la mente al instante. Más si una característica se destaca en el álbum es la delicadeza asegurada de su toque, que es evidente en cada una de las piezas. Siempre hay una forma firme en sus líneas, nitidez en sus timbres, y una base rítmica estable en la música, y Nishizawa es capaz de una amplia gama de colores que nos transportan a ese París mágico lleno de actividad artística en amplios abanicos de tonos y contrastes. Lejos aún de grandes como Michelangeli, Pascal Roge o Zimmerman, lo cual es una cima lejana, aunque nunca se pueda decir imposible, Nishizawa se esmera con gran cuidado y precisión en la producción de tonos distintos y frases musicales bien convertidas, y su forma de tocar es la de una conocedora musical que tiene verdaderas inquietudes estéticas. Su afecto por la música de Debussy es evidente, como en muchos de nosotros/as, y así se ve reflejado en la cuidadosa selección de autores ibéricos de mutuo influjo con el protagonista. París fue un foco de atención para la música en la época en le tocó vivir a Debussy. Más los compositores – pianistas incluidos también dejaron su impronta sobre el francés, como se puede ver en alguna de las piezas elegidas. Granada siempre está presente en ambas orillas, como no podía ser menos con dicha ciudad embrujadora. En las selecciones hispanas, sin embargo, los sentimientos genuinos de Nishizawa nunca se interponen en su evaluación objetiva de lo que suena bello o esencial, por lo que su ejecución está bien equilibrada con sus expresiones. El sonido de IBS es limpio, cercano y claro, por lo que el refinamiento y el pulido del sonido se presenta con resonancia y claridad naturales, dejando un gran sabor de boca, como si de un recital íntimo camerístico se tratara, bajo un tranquilo y silencioso claro de luna sobre el imán atrayente de la Alhambra.
Luis Suárez

No hay comentarios:

Publicar un comentario