Hommagge Debussy – Azumi Nishizawa, piano. Obras
de Debussy, Falla, Granados, Albéniz – IBS CLASSICAL 132018 – DDD – 76’ - ****S
Una vez más la discográfica IBS quiere dar su toque de arena
al centenario del fallecimiento del genial Claude Debussy y recurre a su faceta
más aclamada, que no la única, el piano. Al contrario que con Claudio
Constantini, que nos ofrece una más que interesante integral de la producción
del impresionista francés, aquí Nishizawa nos pasea por una gratificante
selección de piezas antológicas de entre la abundante poesía debussyana. Sin
seguir un orden que se antoje claro en cuanto a propósitos conceptuales o
cronológicos, sigue el rumbo por una serie de miniaturas maestras que a todos
nos vienen a la mente al instante. Más si una característica se destaca en el
álbum es la delicadeza asegurada de su toque, que es evidente en cada una de
las piezas. Siempre hay una forma firme en sus líneas, nitidez en sus timbres,
y una base rítmica estable en la música, y Nishizawa es capaz de una amplia
gama de colores que nos transportan a ese París mágico lleno de actividad artística
en amplios abanicos de tonos y contrastes. Lejos aún de grandes como
Michelangeli, Pascal Roge o Zimmerman, lo cual es una cima lejana, aunque nunca
se pueda decir imposible, Nishizawa se esmera con gran cuidado y precisión en
la producción de tonos distintos y frases musicales bien convertidas, y su
forma de tocar es la de una conocedora musical que tiene verdaderas inquietudes
estéticas. Su afecto por la música de Debussy es evidente, como en muchos de
nosotros/as, y así se ve reflejado en la cuidadosa selección de autores
ibéricos de mutuo influjo con el protagonista. París fue un foco de atención
para la música en la época en le tocó vivir a Debussy. Más los compositores –
pianistas incluidos también dejaron su impronta sobre el francés, como se puede
ver en alguna de las piezas elegidas. Granada siempre está presente en ambas
orillas, como no podía ser menos con dicha ciudad embrujadora. En las
selecciones hispanas, sin embargo, los sentimientos genuinos de Nishizawa nunca
se interponen en su evaluación objetiva de lo que suena bello o esencial, por
lo que su ejecución está bien equilibrada con sus expresiones. El sonido de IBS
es limpio, cercano y claro, por lo que el refinamiento y el pulido del sonido
se presenta con resonancia y claridad naturales, dejando un gran sabor de boca,
como si de un recital íntimo camerístico se tratara, bajo un tranquilo y
silencioso claro de luna sobre el imán atrayente de la Alhambra.
Luis Suárez
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