lunes, 18 de diciembre de 2017

Orquestra Simfònica Camera Musicae – 16/12/2017 – Teatre de Tarragona – Tomàs Grau
John Williams – 40 años de Star Wars BSO
¡Que se puede pedir más de un músico veterano como John Williams, ganador de cinco OSCARS y nominado en más de otras cincuenta veces ya! Con un comienzo acertado, mas fuera el maestro Alfred Newman (otro laureado creador de bandas sonoras) el que ideó la partitura la partitura de la célebre “Fanfarria” de los Estudios de la 20th Century Fox, se iniciaba un recorrido por la fantasía del cine. George Lucas insistió en que la “Fanfarria” sonara al inicio de “Star Wars” (1977) y el gran John Williams presentó una versión propia para “El Imperio Contraataca” (1980). Desde entonces, esta propuesta orquestal de Williams es la que se ha utilizado en los sucesivos títulos de la saga galáctica. Esta presentación ha logrado una identificación colectiva y global. Varias generaciones de espectadores han sabido que, al escuchar estas notas, iban a sumergirse en el sorprendente y fabuloso mundo del celuloide. Es uno de aquellos elementos que contribuyen, de una forma más excelsa, a lo que se puede llamar la magia del cine.
La historia del cine no se entendería sin el arte de Williams, autor que ha marcado a numerosas generaciones con su música. Se formó entre compositores de la talla de Bernard Hermann, Miklós Rózsa, Jerry Goldsmith y Henry Mancini. También declaró sentirse influenciado por artistas románticos de la talla de Richard Wagner, como podemos sentir en sus partituras. La asociación de cuatro grandes figuras, de las últimas generaciones del cine, han dado lugar a una serie de obras maestras que, siendo juntadas a la mercadotecnia, han dado lugar a un equipo perfecto de inconfundible rendimiento económico y calidad artística: Steven Spielberg, George Lucas, Harrison Ford y como no, John Williams. Como él mismo le confesó, George Lucas le atribuye a la música de Williams la elevación de la historia de una galaxia lejana a otro nivel, tanto que le cambió el curso de la vida. "Verás, Star Wars estaba destinado a ser un simple viaje de héroe; una fantasía para los jóvenes ", dijo. "Y luego John escribió la música y la elevó a un nivel de arte popular que resistiría la prueba del tiempo". Hace mucho, mucho tiempo, Steven Spielberg y Lucas, dos jóvenes amigos, se sentaron en la playa a hablar sobre la historia galáctica y, al instante, Steven le recomendó a un músico adecuado, que sería Williams. Asimismo H. Ford confesaba: "Esa música me sigue a todos lados. Me suena en mente cada vez que camino por un escenario, cada vez que salgo de un plató (...) Invita a la participación emocional de la audiencia. Nos anima a sentir. Es un ejemplo de entretenimiento elevado al máximo arte”. Tomàs Grau también sabe del potencial de la música de Williams que hace asimismo retroceder al espectador a las vivencias del estreno del filme y supo expresarlo perfectamente con una orquesta al cien por cien de su capacidad, bajo una brillante orquestación que hace notar la formación de Williams como percusionista. Alrededor del noventa por ciento de las películas de “La guerra de las galaxias” son música. Se hace en un estilo muy pasado de moda, como películas mudas, de modo que la música cuenta la historia. Gran parte del contenido emocional se transmite a través de la música tanto como a través de las escenas mismas. Gran parte del éxito de esta saga se debe en gran parte a esta pegadiza música, realizada por una mente privilegiada en el talento de fabricar melodías, el reforzamiento de los sentimientos y sensaciones perfectamente puntuados en cada corte y en algo también muy importante como es el leitmotiv melódico o tonal wagneriano, recurrente a lo largo de toda la partitura, asociando personajes, contenidos materiales de la escena, vivencias poéticas, etc. La orquesta estuvo así pues a un gran nivel, conjuntando todas las familias de instrumentos en uno solo. Una dirección firme y concisa que llevaba al espectador a través de unas imágenes mentalmente dibujadas a la perfección. No solo se remitieron a piezas de aquel primer filme embrujador, sino añadiendo inteligentemente fragmentos de mas piezas de la saga posterior no repetidas, sino para ellas creadas. Asimismo con la lectura apasionada de la música hacía volar al oyente con las bicicletas de un extraterrestre, sentir el renacimiento de especies extintas del planeta o en una sentida interpretación del concertino, estremecer con el sufrimiento de las víctimas del holocausto. Todo ello sin solución de continuidad hasta arrancar la ilusión de un público entregado, pues no es fácil sentirse retroceder cuarenta años hasta la infancia, momento del estreno de aquella película de bajo presupuesto que no solo iba a cambiar la vida para siempre de aquellos cuatro jóvenes talentosos, sino la de todas unas generaciones de todo el mundo y del séptimo arte.
Luis Suárez

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