lunes, 18 de marzo de 2019


16 y 17 de marzo de 2019
Catedral de Tarragona – Palau de la Música de Barcelona.
Orquestra Simfònica Camera Musicae – Rinaldo Alessandrini, dirección. Obras de Beethoven y Händel.
Concierto de corte clásico – barroco ofrecido bajo la dirección de Rinaldo Alessandrini, clavecinista, organista, fundador y director del Concerto Italiano. Dos de los más grandes compositores de la historia de la música nos acompañan, Händel y Beethoven.
En primer lugar tuvo lugar la “Obertura de Concierto, Namensfeier (Día del Santo Onomástico)” op.115 de Beethoven. Si bien recibió su primera interpretación el 25 de diciembre de 1815, en un concierto benéfico en la Redoutensaal de Hofburg de Viena, no fuera publicada hasta abril de 1825, por Steiner en Viena. Habiendo escrito la obertura en honor al cumpleaños del Kaiser Franz de Austria, Beethoven esperaba que la pieza reavivara su popularidad pero no tuvo esa suerte. La pieza no gustó entonces, ni en presentaciones posteriores en Londres, y es una obra infrecuente hoy en día en las salas de conciertosy grabaciones. Los requisitos patrióticos y ceremoniales raramente sacaban lo mejor de Beethoven, porque su alma artística era profundamente individualista. Desde el acorde de apertura Alessandrini capta la intención de Beethoven, destinado a obtener la atención de la gente. Los ritmos majestuosos punteados en un ritmo de maestoso, que recuerdan a una obertura francesa, conducen a un pasaje melódico silencioso, primero en los cornos, luego en los violines. Buena e interesante ejecución aunque no hay nada particularmente inventivo en la pieza, que, en algunos momentos, roza lo grandilocuente. El sonido de la orquesta resultó profundo, exuberante y real.
Beethoven comenzó a trabajar intensivamente en su “Primera Sinfonía, op.21” en 1799, completando el trabajo el año siguiente. La sinfonía, de rasgos clasicistas es recibida con entusiasmo en su estreno, y ya tenía portentos de la llegada del radicalismo del compositor. La lectura de Alessandrini de los tempos son generalmente rápidos, y las texturas son inmaculadas, mientras que las cuerdas juegan con un vibrato mínimo, y los vientos ofrecen sonoridades distintivas y coloridas. La ejecución tuvo la flexibilidad dinámica con las cualidades sólidas que todos desean en Beethoven, con una acústica que favorece la calidad de sonido, nítida y limpia con una resonancia ideal, y una lectura brillante del contrapunto muy denso del genio de Bonn, antes de que el trabajo termine en una reafirmación positiva y triunfante de Do mayor.
Entre el medio de las obras de Beethoven, nos encontramos con Händel y su “Music for the Royal Fireworks”, una de las obras instrumentales del barroco más interpretadas y grabadas del todos los tiempos. Podría decirse incluso que se podría vincular a la ciudad de Tarragona, dada la excelencia de su distintivo “Concurso estival para los Fuegos Artificiales”. El sello distintivo del estilo italiano, que podría describirse como el perfeccionamiento de cada textura barroca hasta un punto fino, funciona espectacularmente bien en los bailes cortos de Handel una vez que entras en el ambiente. Los ritmos son genuinamente suntuosos y rústicos, los diversos movimientos que involucran al viento metal ponen en marcha los instrumentos naturales del grupo de tal manera que recrean una sensación de verdadera sorpresa. La Obertura ha valido por si sola la asistencia al concierto, pero las magníficas líneas de "La Paix" y los espléndidos contrastes seccionales de los minuetos rozaron lo sublime. La actuación ejemplar de la orquesta, a las órdenes de Alessandrini, fue refinada y precisa, pero a la vez muy grande, con una grandiosidad conmovedora. La plantilla sinfónica aquí se transforma, de una manera versátil (como nos tiene acostumbrados) en una orquesta de cámara con vientos dobles o triples, con un sonido majestuoso y sorprendentemente poderoso. La reproducción resultó nítida y la articulación rítmica salió reforzada, pero el sonido nunca fu impetuoso. De hecho, la mayoría de las veces ha resultado seductoramente sensual, una integración embriagadora de precisión y una forma flexible y bien formada. Genial firma de Alessandrini.
Luis Suárez

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