Día Internacional In Memorian sobre las Víctimas del Holocausto.
Acto cultura por parte del siempre implicado en la cultura, el psicólogo Jaume Descarrega Font, en cooperación entre los Colegios de Psicólogos, Abogados y Farmacéuticos de Tarragona. En él se proyectó el filme que se menciona con su correspondiente coloquio entre él citado Doctor Descarrega, Mar Tagarona y el actor de la cinta Joan Negrié, con la participación emotiva de personas del públcio de los cuales caben recuerdos de familiares presos en los Campos de Concentración nazis.
Mar Targarona - El fotógrafo de Mauthausen (2018)
Guión: Roger Danès, Alfred Pérez Fargas
Actores: Mario Casas, Richard van Weyden, Alain Hernández, Adrià Salazar, Stefan Weinert, Macarena Gómez.
Muchas veces se nos olvida que fueron muchos los españoles los que también experimentaron los horrores, atrocidades y la brutalidad de los nazis en la II Guerra Mundial dentro de los campos de concentración. Basada en hechos reales donde la fotografía (y el color de ésta), la ambientación, el maquillaje, el vestuario y, desde luego la interpretación ayuda a meternos en la piel de presos como este valiente y patriota comunista catalán que tras luchar contra el franquismo y el nazismo en la Resistencia francesa, fue además el único testigo español en los juicios de Nuremberg. Mario Casas es el preso 5185, el fotógrafo de Mauthausen. Uno de los miles de republicanos españoles que el “Cuñadísimo" de Franco, Serrano Suñer, se encargó de mandarle a Hitler para su eliminación en los campos de exterminio nazis. El mensaje se transluce en una crudo thriller sobre la importancia de la memoria como depósito de la conciencia, de responsabilidad moral y de compromiso que da un sentido nuevo a la trayectoria vital de estos presos españoles sin patria tras la Guerra Civil.
Francisco Boix (Casas) puso su vida en peligro para poner a salvo una serie de negativos fotográficos que pudieran demostrar los hechos acaecidos en aquel terrible lugar. La historia, sin llegar al nivel de crudeza que logró Spielberg en su obra maestra de 1994 "La Lista de Schindler”, logra retrotraernos a esos duros años, no tan lejanos como muchos creen, en los que el fascismo europeo campó a sus anchas por el viejo continente... hasta que la fuerza de los aliados (y el frío de Rusia) acabaron con él (a excepción del que vivimos en nuestro país).
Mar Targarona ha conseguido con pocos medios, recrear los escenarios y conseguir una escenografía tan fiel y verídica que hace que tenga aún más mérito. Cabe destacar la cuidadosa puesta en escena. Sobre el controvertido Mario Casas se acallan las críticas sobre su presunto poco poder interpretativo para un papel como éste; se nota su implicación, cuidado, esmero y el cariño con el que le ha dado vida. Está excelente y extraordinario en la piel del pícaro ibérico.
El celuloide es una mezcla de sentimientos, que contando un momento histórico tan cruel y brutal, tiene un punto alegre, y optimista. Boix no perdió nunca la esperanza y al final consiguió su objetivo. Emocionante asimismo la canción y música de los créditos finales "Corrandes de exili" del poeta Joan Oliver (Pere Quart) cantada por Silvia Perez Cruz.
Un plano técnico correcto, sin muchos artificios pero efectivos con la música de Diego Navarro y una fotografía a cargo de Aitor Mantxola. Todo ello reforzado con un jugosísimo trabajo de documentación que la realizadora y compañía han compuesto en este poliédrico relato lleno de cruentos episodios del día a día en los campos y que beben de obras canónicas como "Els catalans als camps nazis", de Montserrat Roig o del propio autor del libro sobre Boix, Benito Bermejo, con el que la realizadora contó durante el rodaje.
Luis Suárez
Críticas musicales, grabaciones, libros y eventos. Fomento de la cultura como base para el desarrollo de la ciudadanía
domingo, 27 de enero de 2019
miércoles, 23 de enero de 2019
Crítica
– Homenaje a Joan Guinjoan y “Carmina Burana”
Tarragona
El compositor catalán,
recientemente fallecido, Joan Guinjoan se ha llevado el protagonismo en la
apertura del concierto, con la interpretación que la Orquesta ha hecho del
ballet “Fantasía de Trencadís” incluido en su ópera “Gaudí”. Esta obra del
compositor tarraconense, con libreto de Josep Maria Carandell, se estrenó en
noviembre de 2004 en el Gran Teatro del Liceo. Uno de los más personales y
característicos autores de la llamada Generación
del 51, que supo conectar la música española con las corrientes más
avanzadas de Europa.
Una de las obras corales del siglo XX
más populares es, sin duda, la cantata–ballet “Carmina Burana”, de Carl Orff. La
obra está basada en 24 poemas medievales
que fueron encontrados en 1803 en un códice datado entre los siglos XII y XIII
que estaba guardado en un monasterio benedictino alemán. Orff combina de forma
admirable la sencillez de las melodías que reflejan la procedencia antigua de
los textos, con ritmos más complejos influenciados por Stravinsky. Un “one hit
wonder” que le marcaría el resto de su vida, sin apenas ser recordado por
alguna otra de sus obras, salvo por personal del gremio musical. Se puede
recurrir muchas veces al “Carmina Burana” y siempre el aforo estará lleno, con
o sin ballet. En un principio su popularidad se debe a la fuerza de su
apertura, "O Fortuna". Pese a lo dificultoso que es, dado a la
cantidad de muestras de grabaciones e interpretaciones de la obra por todo el
mundo a las que se pueden tomar como comparativas, proponerse una producción de
tal calibre ha resultado una brillante representación llena detalles
increíblemente definidos. Todos los textos latinos están enunciados con fuerza
por los solistas y el coro, y la orquesta tocó con una precisión
extraordinaria; incluso las partes están sin pausa, al fin de evitar (lo cual
es más que difícil) aplausos efusivos al final de las secciones, por parte del
público asistente no iniciado en materia y hacer que la interpretación se sienta
lo más nítida y fluida posible. Los solos vocales destacados en fraseo y
expresividad del barítono De la Riva y el contratenor Ferri-Benedetti son deliberadamente
cómicos y entretenidos; presentan placeres de la vida tales como: comer, beber,
reír, amarse, disfrutar de la naturaleza o el juego y no están exentos de
críticas mordaces al clero y a los gobernantes por textos de estudiantes y goliardos (clérigos jóvenes o
empobrecidos) que satirizaban a la Iglesia Católica y que se extendían en temas
como la naturaleza efímera del dinero. El canto de la soprano en "Stetit
puella" e "In trutina" es hermoso en tono y expresión, y está
bien adaptado a los momentos más impactantes de esta cantata y a las bellas
capacidades tímbricas de Sara Blanch. El coro tiene un sonido razonablemente
completo e inteligible, pese a las dificultades del texto en latín. La interpretación
lo captura todo, energía y entusiasmo, aunque hay momentos aislados en los que
parece que una acústica más adecuada de la sala podría haber hecho que el
conjunto sonara un poco más completo.
Luis
Suárez
Sara
Blanch, soprano; Flavio Ferri-Benedetti, contratenor; Germán de la Riva,
barítono. Coral de la URV. Coro de la FCEC. Orquestra Simfònica Camera Musicae
/ Josep Caballé Domenech. Obras
de Guinjoan y Orff.
Teatre
de Tarragona.
Crítica
18
de enero del 2019 – Auditori Josep Carreras (Vila-seca, Tarragona)
Enrique
Bagaría, piano – Obras de Haydn, R. Schumann, Ravel y Falla
Muy satisfactorio recital del pianista barcelonés en
un atrayente programa variado, abarcando tres siglos de literatura para teclado,
perteneciente a una gira, con un público entregado a uno de los principales
solistas nacionales de su generación que abarca gran abanico de posibilidades
interpretativas con gran eficacia.
En la lectura de “Sonata
en do menor Hob. XVI: 20 Nº33”, nos encontramos con una capacidad expresiva
y estilísticamente satisfactoria entre las enormes capacidades del instrumento,
pasando de pianoforte (para el que fuera escrita) al piano moderno, captando
las posibilidades incipientes de la partitura musical, articulando detalles
motivados con una gran capacidad para llenar grandes espacios con marcas
dinámicas.
En la colección “Bunte
Blätter Op.99”, Bagaría puede realizar los pasajes más difíciles de
Schumann sin problemas, escuchar su fuerza controlada y expresar asimismo los
sentimientos más íntimos del mismo con simpatía, resaltando la poesía,
emociones, sensibilidad y el drama transformados por su inimitable sentido de
fantasía, con un dominio profundo del material temático dando como resultado un
Schumann original, expresivo y elocuente, con sentimiento pero sin
sentimentalismo. A destacar una notable capacidad para cambiar el estado de
ánimo del impulso, de una miniatura a la siguiente, con una percepción alerta y
un flujo orgánico, enfatizando los contrastes entre las transiciones y las
continuidades. Si sus acordes fuertes suenan con energía apasionada, lo
pianísimos son increíblemente transparentes.
Profundiza en la segunda parte con dos de las
partituras más difíciles de interpretar del siglo XX. Diabólicamente desafiante
es “Gaspard de la Nuit” de Maurice
Ravel. Nos encontramos con una interpretación de dinámica sutil en “Ondine”, su mantenimiento del suspenso
en las notas repetidas de “Le Gibet”,
haciendo evidente su correcta lectura de las intenciones del genio francés, con
un interés en pintar colores y resaltar voces interiores ocultas bajo una
lectura limpia y agradablemente realista. Interpretación lúcida y fluida con
una excelente adaptación a las delicadas texturas y sonoridades cristalinas de
la partitura. A destacar su capacidad de mantener el flujo emocional uniforme,
hipnótico y diabólico, con un “Scarbo”
que hace que las travesuras del enano
malicioso sean tan vívidas en ese final virtuoso, con notas repetidas que
realmente suenan como bromas y no solo como un dispositivo pianístico. En
resumidas cuentas, no encontramos entre una excelente combinación entre
virtuosismo y musicalidad.
La “Fantasía
Baetica” de Don Manuel de Falla es el otro escollo de la literatura
pianística en cuanto a dificultad y expresividad. Una obra del todo radiante de
originalidad, de difícil asimilación para el oyente de la época (a la primera),
plasmación del arte flamenco, el cante jondo y el toque, rodeada de complejidad
y bravura en ejecución con apuntes del rasgueo y el punteado de la guitarra,
disonancias perfectamente incorporadas conjuntamente con armonías
impresionistas. Una obra maestra que abre una nueva época compositiva para el
autor y que requiere de una técnica que aquí Bagaría vuelve a mostrarnos,
realizando una impresión sin sacrificar el fraseo y la configuración con una
gran facilidad para una interpretación pensativa o soñadora sin ceder a uso
excesivo del virtuosismo pirotécnico, mateniéndola en movimiento constante pero
sin apresurarse innecesariamente. Asimismo resalta los colores armónicos
mostrando sus momentos más translúcidos y evocadores con viveza rítmica.
Y como propina contrastante lleva a cabo la famosa “Pavana para una Infanta Difunta” con
sutil encanto, impregnada de la ligereza del tacto distintiva de Ravel. Majestuosa
danza renacentista repleta de gestos rítmicos estilizados, con un eficaz
movimiento dramático de pianísimo a fortíssimo en el transcurso de los últimos
compases.
Luis
Suárez
miércoles, 16 de enero de 2019
AMETSETAN.
BASQUE SONGS.
Miren Urbieta-Vega, soprano / Rubén Fernández Aguirre, piano.
Ibs Classical 172018 · 72' · DDD * * * * * PS
Hermosa
iniciativa de la discográfica, una vez más arriesgando en el repertorio menos
conocido y que requiere trabajo de investigación y cooperación arduo a varias
bandas. Los lieder aquí recogidos seguro que agradarán a los amantes género. La
mayoría de ellos musicados sobre poemas en euskera, con una soprano que canta
bellamente con una escritura pianística muy interesante y que definitivamente
no está escrita como un mero acompañamiento. La oferta variada es difícil de
describir aparte de la melancólica. Brisas suaves y perezosas que ganan algo de
impulso e intensidad bajo la medida de la suave delicadeza lírica con ritmos
idiomáticos que solo pierden el impulso dramático por momentos de bello
folklore oriundo y evocativo con claras señas de identidad. Como la mayoría de
la música aquí seleccionada, se tratan de miniaturas armonizadas en la
excelencia por compositores ejemplares del panorama vasco (con y Manuel García
Morante y Antón García Abril como excepción y excelencia), haciendo uso de la
música folklórica, pasando por diversos estilos característicos de cada uno de
los mismos. Desde piezas ligeramente atractivas, pasando por exquisitas
melodías, desembocando en temas nostálgicos y atmosféricos… La diversidad de
estas pequeñas piezas es lo que hace que el programa sea tan agradable; cada
uno trae un nuevo giro de melodía o sabor melódico, nuevas imágenes o tipos de
humor. El álbum en general tiene poder tanto como un caleidoscopio de canciones,
como una colección útil de música generalmente desconocida. El vigor, la
melancolía y el encanto de las melodías folclóricas originales no se ven afectadas
en estas interpretaciones sólidas que son coloridas en su textura modulativa
con ese bello timbre de voz de Urbieta-Vega y con una lectura de piano de altos
niveles por parte de Rubén Fernández Aguirre, capaces de una gran sutileza y
sombra cuando así la partitura lo requiere. Sin embargo, cualquier sentido de
una verdadera identidad vasca es difícil de extraer de los lujosos tratamientos
casi operísticos de Pablo Sorozábal y las sofisticadas armonizaciones de Jesús
Guridi; quizás la obra que más impacta por descubrir en ella, al instante, el
origen de sus bellísimas “Melodías Vascas” que siguen en la palestra de los
conjuntos orquestales desde su estreno. En las miniaturas de Félix Lavilla
queda aún marcada la sombra de la mítica grabación de su dedicataria, Teresa
Berganza, y el propio compositor al piano. Las notas emotivas están en inglés y
español; los textos de las canciones se dan en sus idiomas originales, español e
inglés. Gran parte de la música es lo suficientemente agradable como para
justificar más de una escucha seguida. La labor con este óptimo resultado está
más que justificada.
Luis Suárez