sábado, 30 de diciembre de 2023


 

Juan Durán. Obras para orquesta. Variaciones sobre un tema de Pablo Sorozabal, Cantiga Finisterrae para múltiples voces de luz, Alborada de noite e de luz, Divertimento, Fanfarrias Xacobeas, Troula, Cervantina, Dona nobis pacem.

Orquesta Sinfónica de Galicia. Osmo Vänskä, Víctor Pablo Pérez, Rumon Gamba, Dima Slobodeniouk. Grabaciones en vivio.

RDC. D.L: 1641_2023. · DDD · 135’ · *****

Nos encontramos con un esperado registro en cd de obras orquestales del compositor gallego, Juan Durán, realizadas por la Orquesta Sinfónica de Galicia, publicadas bajo el sello RDC. Son grabaciones desde 1994 hasta el 2020 y que fueron hechas en el Palacio de la Ópera, excepto la última, “Dona nobis pacem” (elegía por los fallecidos en la Pandemia del Covid-19).

“Alborada de noite e de luz” (2012), a la que hay que añadir la grabación efectuada en 2008 de “Cantiga Finisterrae” (1999), ambas avaladas por intérpretes de la talla del Orfeón Donostiarra, el Coro de Cámara del Palau y la Sinfónica de Galicia; solistas como Lola Casariego y José Antonio López y la dirección nada menos que de Víctor Pablo Pérez. “Cantiga Finisterrae” (cantata en cinco movimientos), sobre un poema de Miguel Anxo Fernán-Vello, por encargo de la Orquesta Sinfónica de Galicia (OSG) para celebrar el cambio de milenio. “Alborada de noite e de luz” fue escrita entre 2011 y 2012 y estrenada el 12 de mayo de 2012 en el marco del concierto inaugural del Festival Mozart. Lleva por subtítulo Suite sinfónica sobre temas populares Gallegos. La idea fue construir una obra sinfónica utilizando como material temático, susceptible de ser desarrollado, algunas piezas o simplemente citas populares tomadas del folklore gallego.

“Variaciones sobre un tema de Pablo Sorozábal” (1993), elogia al músico donostiarra, transitando por un clima suave y levemente melancólico, bajo la belleza de las cuerdas, por momentos de armonías bartokianas, con instancias donde se lucieron en solos la viola y el violín, sin faltar la canónica fuga; todo ellos lleva a una obra variada, atrayente y expresiva.

“Divertimento” (2006), es una muestra indiscutible de talento mediante la paleta de cueras, donde de nuevo el recuerdo a Bèla Bàrtok a veces se muestra patente; el ritmo intenso y obsesivo de muchos fragmentos; la repetición mediante la acertada distribución de tempo lentos y rápidos; dividido en cinco movimientos con una frescura demostrada en la interpretación.

“Fanfarrias Xacobeas” (2010), es una obra breve, a modo de exaltación nacionalista bajo una forma bitemática, donde se perciben citas del Himno Gallego, sobre todo hacia el final de la obra, donde el motivo es más evidente."

“Troula” (2016), para coro y orquesta basa su arquitectura sinfónica en temas de la música gallega, del folclore o propias y ajenas, perfectamente combinadas. El coro infantil canta al unísono los primeros versos del tema popular “Rosa de Abril” y reciben respuesta armonizada de los mayores. Es una bella obra basada en la introspección, saudade, alegría y fiesta, con todos los recursos vocales e instrumentales.

“Cervantina” (2016), es una suite sinfónica sobre temas españoles, tomando temas fácilmente reconocibles por cualquier amante de la música, como la “Fantasía de Mudarra, Guárdame las Vacas”, “La Folías de España”, “las Tres Morillas”, “De los Álamos Vengo”…) música toda en torno a la época de Miguel de Cervantes.

“Dona Nobis Pacem” (2020), es donde la música se vuelve una posible aliada para expresar la sensación de pérdida e incertidumbre, aquello que no se puede expresar ya con palabras, la música aporta hasta los límites de la expresión posibles. La elegía parte de un entramado compacto en las violas y chelos, acompañado con gran sencillez por el arpa. Las cuerdas vuelven a aumentar brevemente la intensidad y anuncian el trabajo melódico que, lentamente, comienza a emerger como una pequeña luz de esperanza. Un gran clímax se rompe abruptamente para dar lugar al lamento del chelo con un arpa que, evocadoramente, le da un aire ensoñador

Víctor Pablo Pérez, gran apoyo y difusor de la obra de Durán, aporta sapiencia, sensibilidad y efusión. Cuida la expresividad hasta los límites y extrae las grandes sonoridades de hermoso sonido de una orquesta en estado de gracia y madurez. Extrae de la obra de Durán su mensaje, no solo para los van a analizar la partitura, sino también para el público general que acude a disfrutar de la música en estado puro.

Se puede decir que Durán busca y encuentra el ideal equilibrio entre ser lo más entendible posible y no caer en la vulgaridad, aprovechando el filón de la música nacionalista, creando un colorido de alguien que entiende y domina perfectamente los poderes tímbricos de orquesta, solistas y coro, manteniendo el interés, control y emoción hasta el final de cada partitura. Sigue un camino generado en el Siglo XXI, donde existe un resurgimiento de la tonalidad, un género a menudo repudiado en las décadas finales del Siglo XX por la vanguardia. Pero la clásica, denominado moderna, no es sólo la música en sí, también es una revolución sumada a que hay que arriesgarse y envolverse en lo más alto para embarcarse en este tipo de arte sonoro y volver sobre la senda marcada ante la imposibilidad de seguir por la abstracción total e impopular, de la mal denominada tendencia contemporánea. La libertada para la expresión artística se da en estos tiempos y se deben aceptar todas las tendencias, cuales sean las decisiones de cada creador. Durán, en concreto, crea florituras orquestales, con un toque de armonías ajustadas, estructuradamente formal, desde la forma simple a la libertada rapsódica, donde las extremas complejidades rítmicas, armónicas y melódicas pueden desarrollarse orgánicamente de una manera casi tradicional a pesar de su apasionante sentimiento entre neocásico y modernista.

Las piezas, grabadas aquí por la asombrosa Orquesta Gallega, a la cual hay que agradecer grabar y recuperar para la edición en disco las interpretaciones en vivo, pertenecen a la música clásica moderna autónoma y brillan con intensidad ante la valiente difusión de los músicos nacionales. Se nota que las obras escogidas cobran vida y resulta un placer para nuestros oídos.

Luis Suárez

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