Divino Fuego. Músicas
de José Español (1694/ 1758). Sonia Gancedo, contralto. Víctor Sordo, tenor.
Amarilís Dueñas, violonchelo. Diego Fernández, clavicémbalo.
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Muy reseñable y recomendada producción de la pareja de notables
artistas: Gancedo, Sordo, junto con los nada menos que excelentes Dueñas y
Diego Fernández, que nos traen la música del artista, poco o nada conocido, José
Español. Músico, poeta y organista de Santo Tomás de Haro, La Rioja. Como bien
describe en el libreto, Alessandro Pierozzi, nació a finales del siglo XVII, en
lugar desconocido. No se sabe, por falta de documentación, qué cargos desempeñó
antes de ser elegido organista y maestro de capilla de la parroquia riojana.
Tampoco se puede precisar con exactitud la fecha en que empezó a ocupar este
cargo, por no existir en la parroquia el libro de cuentas anterior a 1733. Se
puede inferir, sin embargo, que fue elegido en 1731. Se sabe que su antecesor
en el cargo, José Eguía, murió entre junio de 1730 y junio de 1731, puesto que,
en el libro de cuentas del mayordomo, titulado Cuentas del cuaderno VI, aparece
una limosna de ciento ochenta reales dada entre esas fechas a su viuda por la
enfermedad del marido ya difunto. Por otro lado, las primeras obras fechadas de
José Español en el archivo de la parroquia de Santo Tomás datan precisamente de
1731. En noviembre de 1732 ya era maestro de capilla, pues el 4 de ese mes fue
admitido él y su mujer, María Francisca de Lapuente, en la Cofradía de las
Benditas Almas del Purgatorio, como era normal entre los demás músicos y sus
mujeres.
Se conservan cuarenta y tres obras suyas en español en el
archivo de la parroquia de Santo Tomás de Haro. Algunas de las grabadas aquí
son primicia de grabación mundial. Murió el 26 de agosto de 1758, y fue
enterrado en la parroquia de Santo Tomás con un funeral de diez ducados. Le
sucedió en el cargo Domingo Fernández Carrillo, que murió asímismo en 1794.
Las interpretaciones aquí recogidas del repertorio presentan
un profundo enfoque contextual que funciona especialmente bien con motetes
ceremoniales en un contexto de cámara, en su mayoría acompañados como lo
habrían sido para ocasiones festivas, piezas seculares, otras de canto llano y piezas
instrumentales que muestran el genio peculiar de Español, todos ellos ligados a
la historia más amplia de la pequeña y hermosa ciudad de Haro. A destacar el
perfecto engranaje entre los intérpretes, mostrando una conjunción exquisita,
con los bellos timbres de Gancedo y Sordo, la maestría de Dueñas y Fernández,
todo ello bajo una deliciosa musicalidad que infunde aún más el goce de las piezas
por el oyente. A señalar el importante papel musicológico en el
redescubrimiento de la música escogida de entre los archivos de la parroquia y
en general la grabación, que es ejemplar en términos de demostrar cómo la
música barroca española era parte de un mundo más amplio que hasta ahora
siempre interpretado en pobre sistema cultural que nos rodea, así como
simplemente darse cuenta de sus bellezas. Otro triunfo del interés por la
investigación y la profesionalidad de la cantera actual de músicos nacionales.
Luis Suárez
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