Adams, John. My Father Knews Charles Ives. Harmonielehre.
Nashville Symphony. Giancarlo Guerrero, conductor. NAXOS · DDD · 69’ · *****SR
Las dos obras de este álbum reflejan los lados de la
personalidad musical de John Adams. “My Father Knew Charles Ives”, es una obra
muy explícita. El mismo Adams se refiere a los tres movimientos como "tres
'lugares' más en Nueva Inglaterra", y la mezcla “Ivesiana” de sugerencia
programática y trascendencia espiritual. El movimiento final, "La
montaña", es una expresión particularmente impresionante de la filosofía
que una vez expresó que "las montañas son altares de Dios" (en una
canción llamada "El lugar donde Yo adoro son los espacios abiertos").
Adams extiende el lenguaje de Ives para que la música suene como algo
completamente suyo; el fondo está lleno de swing jazz y otra música que Ives no
conocía durante su carrera como compositor. Giancarlo Guerrero responde
maravillosamente a esta compleja partitura que nunca suena exagerada, con un
resultado final en una transparencia magnífica. Esta es una nueva música
maravillosa, colorida, espiritual, divertida, accesible a cualquiera, pero
llena de las líneas de conexión que mantienen unidas y extienden una tradición.
Adams escribió el “Harmonielehre” masivo para la orquesta
mientras era su compositor en residencia, y Edo de Waart dirigió el estreno en
1985. El sonido extraordinariamente claro y permite que los detalles de la
orquestación se escuchen con un brillo fresco y hace de esta una versión sin la
cual nadie que ama la pieza querrá prescindir. “Harmonielehre” es un trabajo
agotador y estimulante en la forma en que puede ser una sinfonía romántica
tardía, y Giancarlo Guerrero transmite magistralmente la volatilidad emocional
de la compleja partitura con una ferocidad apropiadamente sorprendente. Los
acordes explosivos y fuertes de la apertura del primer movimiento son
visceralmente impactantes, y Guerrero mantiene un sentido de la urgencia de la
música a través de su montaña rusa
extendida de cambios de humor. El segundo movimiento, "The Anfortas
Wound", es un feroz aullido de dolor y frustración que, según Adams,
caracteriza su angustia durante el extenso período de bloqueo del escritor que
finalmente dio paso a la composición de “Harmonielehre”. La Nashville Symphony trae
catarsis en el movimiento final brillante y luminoso, "Meister Eckhardt y
Quackie". La interpretación de la orquesta es excelente: absolutamente
segura técnicamente, con un tono delicioso y vibrante, y con la profundidad
interpretativa e idiomática que proviene de la familiaridad íntima con la
música.
Luis Suárez
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