1/12/2019 – 25/03/2020 – Nuevo Teatro Apolo, Madrid
Pablo Martos, Violín; Javier López Sanz, viola - Orquesta
Sinfónica Camerata Musicalis; Édgar Martín, director – presentador.
La protagonista de esta músico - pedagógica no es otra que
la bellísima “Sinfonía Concertante para violín, viola y orquesta en mi bemol
mayor, K. 364”, es la única obra completa de este tipo que sobrevive de Mozart,
un género que incorpora elementos tanto de la sinfonía como del concierto.
Generalmente marcado para dos o más instrumentos solistas y orquesta, durante
este período, Mozart también comenzó otras dos obras en el género concertante
de sinfonía, una para violín y piano en re mayor (1778), y otra para violín,
viola y violonchelo en la mayor, K. 320e (1779-1780). En la obra con la que
nos han deleitado, Mozart pide una afinación más alta de lo habitual para la
viola; su propósito al hacerlo era indudablemente darle al instrumento un
sonido más brillante para evitar ser eclipsado por su compañero de violín más
penetrante. El trabajo se realiza en tres movimientos: Allegro maestoso, Andante
y Rondo. La orquesta incluye dos oboes, dos trompas, un par de fagotes
opcionales y cuerdas. La obra destaca por su cálida expansión; El Andante
es particularmente delicioso y dramático con su deslumbrante diálogo entre los
dos solistas. El Rondó contrasta con la vitalidad del más puro estilo
Mozart.
Tras una primera parte en la que los solistas, director,
orquesta y la hermana de Wolfang, Nannerl, se precian a destacarnos las peculiaridades
de la obra, con humor y didáctica, así como la época histórica en las que se da
la composición y la vida de los hermanos Mozart por París, así como la
dramática muerte de su madre, nos llega el momento de deleitarnos con el exuberante
perfume de colorido musical de gran genio de Salzburgo. La combinación de Martos
y López Sanz con el conjunto orquestal y el director produce algo nuevo bajo el
sol: un híbrido de ambos enfoques que toma lo mejor de ambos y crea algo fresco
y brillante. Martos, uno de los mejores violinistas europeos de su generación tiene
un tono centrado, un sentido del ritmo vivo y una maravillosa sensación de
línea y color. Así como, López Sanz que posee una comprensión completa del
estilo de la música y sus interpretaciones elegantes y sin esfuerzo suenan como
si fuera el mismo Mozart. Martín, además de apoyar a los solistas con
amabilidad y comprensión, brilla con brillo y entusiasmo, captan la esencia de
la transformación de Mozart del generoso concierto de sinfonía en una de sus
grandes y extendidas piezas de arquitectura musical.
Luis Suárez
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