sábado, 1 de junio de 2019

31 de mayo de 2019
Auditori Josep Carreras – Vila-Seca, Tarragona
Gerhard Quartet
El concierto empieza con una amena charla sobre la obra camerística a estrenar de Josep María Guix, compositor destacado de la vanguardia catalana, “Tres Haikus para cuarteto de cuerda”. Las tres miniaturas expuestas magistralmente por nuestros solistas dan en apenas cinco minutos toda impresión transmitida, por el poeta, de la propia escena mostrada anteriormente expuesta en verso por el propio Guix en la entrevista. El oyente fue capaz de contemplar lo mismo que han contemplado el poeta, compositor e intérpretes y crear una perfecta sinestesia a cuatro bandas creando un círculo perfecto y homogéneo y, con ello, sentir la misma emoción. Todo tipo de ténicas, como la percusión, el fraseo melódico, el pizzicato… todo un éxito empático. 
El grupo de cámara nos ofrece dos grandes obras de Schubert y Mozart respectivamente. Con Mozart nos meten en uno de sus cuartetos más conocidos, el K. 458 nº17, “La Caza”. Resalta el notable equilibrio del conjunto ofreciendo una descripción muy fina y delicada en la que los efectos de las características de la textura general se transmiten de manera muy sutil. Los tempos son rápidos, y el grupo generalmente favorece la intensidad emocional sobre el equilibrio formal, manteniendo un control perfecto. Es una actuación muy emocionante en todo, con un trabajo en equipo compacto equilibrado con los objetivos de cada integrante, y Mozart no puede ser mejor que esto.
Entre los grandes cuartetos de Schubert destaca el D. 887 nº15. El conjunto comienza su interpretación con el tipo de intensidad apasionada que refuta la sabiduría recibida de que los cuartetos de Schubert eran casi obras sinfónicas de gran intensidad. La rica complejidad es abarcada de un modo implacable incluso cuando el tempo es sorprendentemente ágil. Nadie podría decir que la expresividad extrema y fluida, no nos lleva de lleno al impacto emocional de la música. Se meten de lleno en el alma sensible del músico, cálida y cercana, dejando al oyente impactado ante tan basta y compleja partitura de un Schubert en plena madurez, la cual sería su última aproximación al género.
La aclamación final no podía ser mejor ejemplo de la maestría expuesta por este ya enorme conjunto, asentado de lleno en el panorama musical internacional, y que a pesar de la juventud de sus componentes demuestran siempre una gran madurez y entrega. Lluís Castán, Judit Bardolet, Miquel Jordá y Jesús Miralles: Cuatro grandes intérpretes de la gran hornada que se ha ido cociendo en los últimos tiempos, en todo el panorama estatal, con una larga y exitosa carrera de fondo.
Luis Suárez

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